Universitat Oberta de Catalunya

Entrevista a eReuse (esp)

Hablamos con eReuse, el colectivo que está tras circula.cat. Con esta iniciativa quieren revender material remanufacturado de dispositivos electrónicos para transitar hacia una economía circular.

Explicadnos un poco más en qué consiste el proyecto de circula.cat.

Circula.cat es un e-commerce que lo que hace es revender material remanufacturado de dispositivos electrónicos. Tras circula.cat hay varias entidades del territorio que intercooperamos para dar una nueva vida a ordenadores funcionales cedidos por instituciones públicas o privadas. A grandes rasgos, queremos luchar contra el e-waste y la obsolescencia programada, que son consecuencias de la economía lineal, y, a la vez, generar puestos de trabajo para personas que reparan, trazan y recomercializan dispositivos. Desde eReuse tenemos una doble estrategia para romper las barreras que hay hacia la reutilización y la economía circular. Por un lado, el equipo de Usody.com ha desarrollado un software que restaura y certifica la calidad de los productos en el mercado de segunda mano, al mismo tiempo que asegura su cadena de custodia. El software de código libre permite testear los dispositivos y estimar su valor de uso mediante un algoritmo, inventariar el nivel de los componentes, etiquetar con una etiqueta inteligente y muchas más funcionalidades. Otra de las estrategias de eReuse fue alinearnos en Barcelona y hacer un circuito de entidades donde, en lugar de trabajar independientemente, intercooperamos. Nosotros, como eReuse, intentamos convencer a administraciones públicas y empresas para dar una segunda vida a sus equipos. Esto es lo que hemos estado haciendo: dar una segunda vida, priorizar la reutilización y asegurar el reciclaje gracias a esta trazabilidad de los equipos que nos da el software. eReuse hemos conseguido formalizar convenios con el Ayuntamiento de Barcelona y Barcelona Activa y estamos trabajando con la Generalitat de Catalunya para que den todo el material que se les haya quedado obsoleto pero que todavía funciona. Para lo que hay mercado, que es a partir de Core i3, formalizamos todos los convenios, hacemos la burocracia y compartimos los inventarios de lo que recibimos con todas las entidades restauradoras, como Solidança, Andròmines, Alencop, Trinijove, Dónalo… Con unos criterios basados en el blockchain distribuimos estos equipos entre estas entidades restauradoras, para refabricar el material. A su vez, estas entidades comparten los inventarios con otras que están dentro del circuito que revenden los equipos. Circula.cat entra dentro de esta fase, cuando todo ya se ha restaurado, hay esta página web para encontrar la demanda de estos equipos de segunda mano. Fue una iniciativa que ha tenido el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, que nos ha ayudado a hacer difusión y a intentar abrir mercado en el mercado de segunda mano, que aquí todavía es muy incipiente. Por eso pensamos en hacer un e-commerce para vender todo este material que estamos restaurando entre todas las entidades y darle una salida. De momento, circula.cat está hecho solo para entidades sin ánimo de lucro, para cooperativas y escuelas que pagan el precio que ha costado la recirculación, es un precio justo. Nuestra batalla ahora es que nos dejen abrirlo a la persona de a pie, porque creemos que el cambio de paradigma se producirá realmente cuando las personas puedan acceder y comprar de segunda mano, porque si no se hace un binomio segunda mano-pobreza, Circula.cat es el paso final de una serie de caminos que hemos recorrido antes.

¿En qué momento surgió la idea?

Surgió hace un año y fue una idea conjunta con el Ayuntamiento de Barcelona. Había poco mercado, nos costaba mucho ser sostenibles económicamente porque era difícil encontrar la demanda, y decidimos hacer un e-commerce. El Ayuntamiento hace la comunicación y difusión, que nos ayuda mucho, y ahora estamos creciendo en ventas.

Utilizáis este software que habéis desarrollado vosotros, pero, aparte, ¿qué programario ponéis en el ordenador?

Ponemos Linux, trabajamos siempre con software libre. Esto también es una barrera de cara al consumidor porque prefiere Windows. Intentamos concienciar a la gente sobre esto porque si nuestro público son personas vulnerabilizadas no le haremos la mala jugada de hacerle comprar licencias. Pensamos que hay otras alternativas que hacen que el producto sea mucho más asequible. El software hace todos los pasos automatizados y lo que es importante es que gracias a la trazabilidad podemos ver las horas de uso ampliadas que ha tenido, y eso nos permite trabajar, desde la UPC, en una metodología para estimar la obsolescencia programada. Como tenemos muchos modelos de fabricantes diferentes, al final podremos saber a cuántas horas de uso llegan los diferentes modelos. No podremos saber por qué tipo de obsolescencia unos no llegan a tantas horas, pero sí que no lo hacen. Esto nos da un tipo de ranquin de durabilidad y dentro de unos años podremos decirle al consumidor: primero, piensa si necesitas un ordenador nuevo, haz todo lo posible por tu equipo, intenta repararlo, si debes comprar hazlo de segunda mano y, si no hay nada en el mercado que te convenza, compra un producto que sea durable y reparable. Otra de las cosas de las que intentamos concienciar mucho es que el reciclaje, que es el mainstream que nos venden, forma parte de una economía lineal de comprar-tirar-comprar-tirar. El reciclaje se debe hacer cuando toca, cuando aquel ítem ya no tenga ningún valor de uso. Intentamos concienciar con que se apliquen bien las 3R: primero reduce, luego reutiliza y lo último que se debe hacer es reciclar.

Imagen 1. Fotografía de una reunión de eReuse.

¿Ahora mismo más o menos con cuántos dispositivos tratáis?

Tenemos 3.000 ítems reutilizados y unos 7.000 puestos dentro del software. Esto quiere decir que a lo mejor los han usado para borrar datos, pero no para reutilizar.

¿Hay algún dispositivo que os llega y no lo podéis reutilizar?

Claro que sí. Hay 700 millones de móviles en los cajones de los europeos que no nos atrevemos a dar porque tenemos los datos dentro o no sabemos cómo hacerlo. El software que desarrollamos también sirve para que el consumidor pueda borrar los datos. También creemos que debe haber una propuesta de valor de cara al consumidor, que este esté incentivado a reutilizar ese móvil o reciclarlo si no se puede reutilizar, y, por lo tanto, debe ser compensado de alguna manera. Ahora estamos desarrollando un blockchain a nivel europeo y hacemos un sistema de depósitos de forma que el consumidor final que adquiere un ítem remanufacturado pague un depósito que se le devuelve cuando lo recicle correctamente. Nuestra intención es que se movilicen estos 700 millones de móviles que hay en los cajones y los que vendrán. En definitiva, creemos que debe haber una propuesta de valor, porque si no la hay, aquello seguirá escondido en el cajón, y una propuesta de cara al consumidor, que se vea incentivado a reutilizar y reciclar los ítems adquiridos a través de un sistema de depósitos.

En la página web de circula.cat ponéis: «¿quieres un ordenador km0?» ¿A qué os referís con la etiqueta de km0?

«Make in China, remake in Catalonia». Ahora mismo, aunque el consumidor paga para que su ítem electrónico sea reciclado cuando lo compra, solo el 20 % se recicla correctamente. Hay varios motivos, uno de ellos es justamente porque todavía tiene valor, por lo que sigue rutas alegales hacia otros mercados. La falta de reciclaje provoca también que residuos electrónicos y de material que todavía tiene valor acabe contaminando barrios enteros de los países de África o el sureste asiático. Lo que intentamos es retener los productos para que no se tengan que fabricar más dispositivos electrónicos en una cadena de fabricación en la que se vulneran Derechos Humanos de todo tipo, sobre todo durante la extracción y la manufactura. Consumir, utilizar y reciclar prematuramente sale muy caro al planeta a nivel de cambio climático y porque, por ejemplo, según el FEM se están perdiendo unos 62,5 mil millones de dólares en materias primas en los vertederos.

Imagen 2. Banner publicitario en la web de circula.cat.

Aparte de poner un software también hacéis reparaciones. ¿Cuáles son las más frecuentes con las que os habéis encontrado?

Cuando tú debes reparar un ordenador primero tienes que pensar si te saldrá a cuenta hacerlo, porque si el valor de venta es muy menor de las horas que le dedicas, no lo puedes hacer, porque no serás sostenible económicamente y la economía circular va justamente de esto, de ser sostenible. Después de años de pilotos, nosotros hemos determinado que solo tiene salida lo que tiene procesador i3 hacia arriba. Cuando estos equipos están en manos de los restauradores, lo que hace el software Usody.com es someter la máquina a varios test de estrés para ver si aguanta. Si lo hace, quiere decir que está bien. Muchas veces incrementamos la memoria RAM con memorias de ordenadores que se van a reciclar para que sea más potente. Lo que pasa también con los ordenadores remanufacturados es que muchos no aguantan Windows 10, mientras que un Core 2 Duo puede aguantar Linux perfectamente. Mucha gente solo utiliza el ordenador para entrar a Internet o escribir textos, no necesita el último modelo, y hacemos mucha concienciación para romper la obsolescencia psicológica que te obliga a trabajar con el último modelo. Linux funciona muy bien con productos remanufacturados. Windows 10 requiere mucha memoria para hacer actualizaciones y no es tan bueno, aunque a partir de un procesador sí que lo es.

¿Esta concienciación cómo la hacéis? Congresos, talleres…

Nosotros realmente somos un paraguas que agrupamos todas las entidades de la Economía Social y Solidaria y hacemos más concienciación de cara a empresas y la administración pública, no tanto para el usuario. Ahora estamos intentando que la administración, que adquiere un 20 % de los dispositivos electrónicos en total que se venden, haga una compra pública responsable. Se está hablando mucho de comprar dispositivos en los que, por ejemplo, el coltán sea de fuentes seguras y controladas, pero nosotros intentamos que se compre remanufacturado, ya que el producto ya está fabricado. En algunos lugares también tenemos equipos en renting, porque la economía circular también pasa porque se consuma un servicio en lugar de un producto. Esto es un potencial generador de empleo, porque asociado al renting puede haber muchos servicios; por ejemplo, el mantenimiento. No solo creamos trabajo en el sector de la remanufacturación, sino también con otros servicios.

¿La gente nos deshacemos demasiado rápido de los aparatos o realmente existe la obsolescencia programada?

Hay obsolescencia programada en todos los procesadores y móviles, e incluso los técnicos que se dedican a ello lo tienen muy identificado, por modelo y por marca. Lo que es curioso es que, por ejemplo, cuando te deshaces de tu móvil y no desvinculas el ID de Apple o tu cuenta de Gmail, aquel móvil es muy difícilmente desbloqueable y no podrá ser reutilizado. Los técnicos lo que hacen es que, cuando detectan una obsolescencia y la consiguen salvar, publican el mapa para que otros técnicos también puedan hacerlo. Hay muchos tipos de obsolescencia programada. Hay por falta de piezas y también la obsolescencia psicológica.

¿La obsolescencia programada hace que cambiemos los móviles demasiado rápido, por ejemplo, cuando todavía pueden funcionar?

En el mercado de los móviles ya no hay innovación, está todo inventado, lo único que hacen es subir la potencia de la cámara o detalles así y la gente se vuelve loca por comprar un móvil nuevo. Tampoco no es consciente de lo que pasa, a lo mejor porque toda esta esclavitud y la extracción de material no está a su lado, no lo ve y le queda muy lejos. Sería diferente si su vecino lo hiciese, pero como pasa en China u otros países no somos conscientes. Hay mucho por hacer y que la responsabilidad del residuo caiga en el consumidor, no el ciudadano.

Imagen 3. Algunos de los productos disponibles en circula.cat.

Ahora mismo trabajáis con 7 u 8 entidades. ¿Cómo se decide con cuáles se trabaja y cómo puede una entidad entrar a formar parte del circuito?

El circuito está abierto y se puede añadir cualquier entidad. Trabajamos sobre todo con Economía Social y Solidaria pero también con otros sectores, esto depende del donante. Si la administración dice que los equipos deben ser restaurados por la Economía Social y Solidaria y que los reciban escuelas, estos equipos seguirán esta vía. Si a una empresa le da igual quién los restaure y cuál es el usuario final, puede ir por otras vías. El circuito está abierto a todo el mundo, lo único que hacemos nosotros es calcular el rendimiento de cada entidad, cómo hacen uso de los equipos. Si hay que reciclan prematuramente equipos que creemos que pueden tener una segunda vía, resta puntos. En cambio, las entidades que dan salida a todo y lo hacen bien, ganan puntos.

¿Con qué dispositivos trabajáis? Tenéis ordenadores, impresoras, torres…

Ahora estamos muy focalizados en torres y ordenadores portátiles y estamos empezando a tratar con móviles. Dentro de un mes empezaremos a comercializarlos. En realidad, nosotros no vendemos estos productos, sino que hacemos una cesión de uso, tenemos la propiedad porque somos los que decidimos si aquello puede recircular una vez la entidad ya no lo necesita más. Si consideramos que no, la entidad lo puede enviar a un punto verde y decirnos cuál, pero si consideramos que sí, nos lo devuelve y lo ponemos otra vez en el circuito. Con el sistema de convenios que hemos usado hasta ahora hemos visto que no todas las entidades nos avisan de qué hacen, por eso hemos empezado a aplicar un sistema de depósitos que, al final, era lo que hacían nuestros abuelos cuando devolvían la botella de vidrio y se les devolvía dinero.

En la web hay un precio para cada dispositivo. ¿Quién lo paga?

Esto es cómo se gestiona el circuito. Quien paga es la entidad que lo recibe y paga más o menos la mitad de lo que cuesta en el mercado de segunda mano. Es un precio que cubre los gastos que han tenido las entidades de detrás y en ningún caso está orientado a márgenes. Hay un sistema de compensaciones dentro del propio circuito que marca cuánto se lleva cada uno: quien ha desarrollado el software, quien ha conseguido los equipos, el que lo ha remanufacturado… Trabajamos con la intercooperación y cada uno se lleva una parte de aquel ordenador. Trabajar de manera cooperada nos permite hacer frente a la oferta y la demanda y equilibrarla. Usamos un sistema de gestión comunitaria. Es la comunidad, que en este caso es el circuito, quien se encarga de preservar el bien común, los dispositivos.

No hay ninguna otra iniciativa de este estilo en Barcelona. ¿Echáis de menos alguna propuesta parecida con quien cooperar o ayudaros?

Cooperamos con entidades de alrededor del mundo con las cuales codesarrollamos estándares, procesos e incluso código, que al ser libre ayuda a la escalabilidad de la iniciativa. Por ejemplo, el circuito se ha replicado en Madrid de la mano de La Kalle, Vortex, RecuMadrid y Dream it, que han creado la red Sempiterna.

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Cita recomendada: MOSAIC. Entrevista a eReuse (esp). Mosaic [en línea], julio 2020, no. 184. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n184.2029

eReuse

ereuse.org es un colectivo de entidades, empresas, activistas, universidades, investigadores y varios ciudadanos que promueven la economía circular de dispositivos electrónicos a través de la reutilización. Es una de las varias entidades que ha impulsado circula.cat, una web de reventa de dispositivos electrónicos de segunda mano para entidades sin ánimo de lucro, escuelas y colectivos vulnerabilizados.

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