Conversamos con el artista iraní Mohsen Hazrati, artista de los nuevos medios y cofundador de «DAHProject».
¿Qué le llevó a poner el foco de su arte en la cultura local?
Nací y fui criado en Shiraz. Es una ciudad célebre por su literatura y su cultura, sus poetas y sus jardines. Y también por su vino. Cada uno de estos elementos ha tenido cierta influencia en mi vida, y muy especialmente en mi carrera artística. Los misteriosos poemas de Hafiz y de Saadi han sido siempre una fuente de inspiración para mí. Así que, tras descubrir el arte y las posibilidades de los nuevos medios, intenté encontrar maneras de interpretar –y quizá de actualizar– ese mundo místico en el medio digital.
¿De dónde proviene su interés e inspiración en el Net art y la tecnología?
Yo estudié artes gráficas. En 2006 empecé a trabajar en una empresa en la que hacía animación en 2D. Allí empecé a experimentar con Macromedia Flash. Mis primeros juegos con el movimiento y las líneas cronológicas fueron emocionantes. Después estudié comunicación visual y artes gráficas en la Universidad de Shiraz, en 2008. Allí tuve la oportunidad de ampliar mis experimentos con ese software y usarlo como una herramienta de expresión personal y creativa. Todo ello me llevó a elaborar una tesis en la que presenté una instalación interactiva con webcams y con Macromedia Flash. Por último, me presenté haciendo experimentos en el medio artístico después de iniciar el «DAHProject».
¿Cómo transita usted desde esa clase de obras hasta el trabajo con la realidad virtual (VR)?
Un día nuestra asesora artística y colaboradora en el DAHProject, Myriam Vanneschi, nos trajo un Oculus DK1. Ese fue mi primer encuentro con la VR. Mi excitación solo es comparable al recuerdo de la emoción que uno siente de niño cuando descubre un nuevo parque infantil. Creo que la VR puede ser un fuerte anclaje entre el artista y el público en tanto que permite a ambos el desarrollo de nuevas formas de experimentar el proceso. Pero como artista en el medio digital, siempre me gusta probar con una variedad de tecnologías de hardware y software –e incluso sus posibilidades– para estar mejor actualizado en cuanto a las ideas. No me gustan las limitaciones, ni siquiera aquellas relacionadas con una tecnología en particular.
¿Qué propósito tiene su arte? ¿Qué es lo que usted quiere comunicar con sus obras?
Mi arte constituye una reflexión acerca de aquello que me inspira y me lleva a investigar en la cultura local y su literatura. Es un intento de establecer una relación entre la tecnología digital y el carácter místico de Shiraz, al cual añado nuevas capas de experiencia. Por ejemplo, en uno de mis temas de investigación, intento relacionar la inteligencia artificial con la antigua tradición de la bibliomancia en Irán. Para ello presento los poemas de Hafiz como una experiencia en VR. Entre sus objetivos principales, este proyecto se propone acercar esta tradición al mundo digital y usar los datos on-line para trasladar el resultado –por lo general, un poema– a un lenguaje visual. Con ello se busca una nueva manera de entablar un diálogo íntimo entre el ser humano y la máquina.
El DAHProject tiene una galería de arte en su país. ¿Cómo decidió llevar a cabo este proyecto propio?
Mi amigo Milad y yo nos graduamos en 2013. Teníamos interés por el arte digital, pero no existían referentes ni centros de formación en arte de los nuevos medios a escala local. Por eso decidimos crear nuestro propio centro, con el fin de mejorar personalmente, y nuestra ciudad y todo el país en última instancia. Pusimos en marcha en Shiraz un proyecto sin ánimo de lucro. Para ello alquilamos una galería en torno a la cual giraban todas nuestras actividades. Acogimos y organizamos exposiciones, talleres, reuniones on-line y conferencias. También invitamos a artistas de diversos campos para que se sumaran a nuestra comunidad. Tras 18 meses de actividad, decidimos cambiar nuestra estrategia por una cuestión de costes. Ampliamos nuestras actividades en otras galerías de arte y en espacios públicos, con la organización de eventos en formato temporal. También fuimos curadores responsables de algunos proyectos. Asimismo, iniciamos un proyecto educativo con el fin de mejorar el potencial local en el ámbito del arte digital.
¿Han sido ustedes objeto de censura en relación con sus exposiciones o en su trabajo?
Todas nuestras actividades ponen el foco en nuestra ciudad. Por tanto, uno de los objetivos de nuestro proyecto ha sido el de mantener la vitalidad en Shiraz. Es por esto que siempre hemos observado las reglas generales y las prescripciones a la hora de seleccionar a los artistas y las obras destinadas a nuestras exposiciones. Ahora bien, uno de los pocos casos de censura que hemos tenido ocurrió en 2013, en una exposición de 50 obras de animación en GIF. Se nos pidió que retirásemos algunas de las obras expuestas. En cuanto a mis trabajos, quizá porque los temas de mis investigaciones tratan de la cultura de mi ciudad, y no precisamente desde una perspectiva política, no he tenido ningún problema con la censura hasta el día de hoy.
Considerando la situación política entre Irán y EE. UU. ¿Existe algún problema de acceso a la tecnología, y en particular la relacionada con la VR, dado que en su mayoría esta es propiedad de empresas estadounidenses?
Para un artista en medios digitales es muy importante tener acceso a los equipos actualizados y a lo último en tecnología. Y por supuesto, hay muchos problemas en mi país en torno al uso de recursos de hardware y de software. Los visores de VR tienen un coste mucho más elevado que en el mercado internacional. Tanto las sanciones económicas como el tipo de cambio del dólar USD son factores que afectan nuestro acceso a estos equipos y programas. Además, no se tiene acceso a la venta minorista en el mercado legal o sin ninguna garantía. También hay muchos problemas en cuanto al software, pues al no haber en nuestro país ningún sistema de pagos internacional, no hay manera de pagar los derechos de autor. Por otro lado, en Irán estamos sujetos a un filtrado de la información digital que solo nos permite acceder a las web de YouTube, Vimeo y otras si lo hacemos con VPN. Asimismo, muchas compañías han dejado de prestar servicios on-line a los proveedores IP de mi país. A modo de ejemplo, solo hay que ver cómo se abren las webs de Oculus, HTC Vive y Leap Motion en el IP de Irán. Hace unos años, la web de Unity3D solía poner un texto de error que mencionaba específicamente las sanciones. Pero ahora este ha sido sustituido por un mensaje que indica que se trata de un típico problema de URL.
Recientemente usted ha participado en una residencia internacional sobre VR en el Instituto de Arte y Cultura Espronceda. ¿Cómo fue esa experiencia?
Estuve muy contento de haber podido participar en esa experiencia asombrosa. Allí trabajé en diversos proyectos junto con otros diez artistas de todo el mundo. Hicimos un trabajo conjunto en el que cada uno aportó sus propias experiencias y su formación. Fue muy emocionante integrarme en dos proyectos de la residencia que tenían aspectos técnicos y conceptuales distintos. Por último, en la galería de Espronceda hicimos una presentación del trabajo realizado durante la residencia. Recibimos muchas valoraciones y comentarios que fueron de gran interés. Además, fuimos invitados a muchas reuniones y a visitar lugares por toda la ciudad en los que se celebraron actividades durante el tiempo que duró la residencia.
Cita recomendada: MOSAIC. Entrevista con Mohsen Hazrati. Mosaic [en línea], octubre 2020, no. 186. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n186.2037
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