¿Cuándo y por qué nace la idea de crear Straddle3?
La idea surge a finales de 1997, en conversaciones entre Joan Escofet, Paako Abril y yo mismo. En aquella época Joan estaba desarrollando experimentos en la web que reflexionaban sobre el concepto de habitar la contemporaneidad. Fue alrededor de esas experiencias que surgió la idea compartida de iniciar un proceso colectivo entre lo profesional y lo experimental. Paako es sociólogo, mientras que Joan -que previamente había estudiado historia del arte- y yo nos habíamos conocido en la escuela de arquitectura.
Aunque seguramente lo que más nos acercaba a los tres era una perspectiva desde ciertas situaciones marginales, que mucho tenían que ver con el gusto por las manifestaciones artísticas underground y la cultura de club. Es en esos primeros momentos cuando surge la voluntad de trabajar en una especie de cruce de caminos, entre lo físico y lo digital, lo lúdico y lo político. En seguida se unió a nosotros Pedro Puertas, que aportó una visión fresca y a la vez muy lúcida sobre un proyecto que aún llevaba poco rodaje.
En varias ocasiones has mencionado que la relación de Straddle3 con la tecnología es sutil, pero amplia a la vez. ¿Podrías hablarnos de las tecnologías con las que soléis trabajar en vuestros proyectos?
Una visión apasionada y a la vez crítica con la tecnología siempre ha estado presente. Por el estudio han pasado verdaderos expertos, como Josep Saldaña o Gilad Buzi, que han dejado una huella persistente. Si al principio prevaleció una idea de poblar la web con formas de vida alternativas, en seguida sucumbimos al movimiento del software libre y la cultura libre en general. Esas primeras interacciones con el ámbito tecnológico, que corresponderían al periodo entre 1998 y 2004, marcaron la filosofía del estudio para siempre.
Si en un principio lo que predominaba era jugar con HTML, PHP y MySQL para imaginar nuevas formas de habitar Internet, luego fuimos derivando cada vez más a proyectos con una vertiente física, pero a menudo manteniendo la dimensión tecnológica. La colaboración de Straddle3 con el proyecto Context, creado por Josep Saldaña, fue fundamental, ya que se trataba de un blog sobre ciencia, arte y tecnología que tuvo un éxito impresionante, algo llamativo en el 2001, cuando la gente apenas conocía ese formato.
¿Habéis realizado alguna colaboración con proyectos tecnológicos?
Sí, en una primera época se trataba más bien de proyectos inmateriales como el Weblog Context o un proyecto llamado Idea Tracker, que era el prototipo de un rastreador de conceptos en la web que desarrollamos para la asociación Creative Disturbance de San Francisco, también con Josep Saldaña. Más adelante los trabajos fueron teniendo cada vez más una conexión entre tecnología y proyectos urbanos, ejemplo de ello son el proyecto WikiPlaza, desarrollado junto a Hackitectura y otros colectivos a partir del 2008, o las plataformas PublicSpace Tools y GRRR, producidas más recientemente en el marco de la red Arquitecturas Colectivas, junto a otros miembros de la misma.
Con algunos de los proyectos de Straddle3, como el proyecto Wikitankers, buscáis la reapropiación del espacio público mediante elementos urbanos. ¿Qué resultados habéis obtenido con ello?
La primera ocasión en la que hicimos una apuesta decidida por intervenir en el espacio público fue con el proyecto Domo. Se trataba de una cúpula geodésica que se podía montar rápidamente en diversas situaciones, desde hackmeetings a festivales de arte o situaciones reivindicativas, albergando todo tipo de actividades. Este proyecto luego mutó en lo que se conoció como WikiPlaza gracias a una iniciativa del colectivo sevillano Hackitectura, convirtiéndose en un dispositivo complejo hardware-software de código abierto para la generación de un espacio público aumentado.
Desde entonces no hemos dejado de hacerlo de formas diversas. Por ejemplo, en el proyecto Wikitankers, desarrollado junto a Todo por la Praxis y otros, produjimos una serie de elementos de mobiliario público ‘avanzado’, que iban desde una cocina a un soundsystem pasando por un huerto móvil con su propio sistema de riego integrado.
Hay que pensar que ese proyecto nació en primavera de 2011, coincidiendo con la explosión del 15M y por tanto con la apropiación de las plazas como el espacio político por antonomasia. En aquel fenómeno vimos una confirmación y un reflejo de lo que llevábamos algunos años haciendo. Desde entonces no hemos dejado de ver un interesante desarrollo a nivel internacional de la idea de comunes urbanos, como son apropiaciones vecinales de espacios vacantes y una permanente tensión de intereses sobre los usos cívicos del espacio público, que se manifiestan en el despliegue general de ordenanzas del civismo o en la aplicación a nivel estatal de la Ley Mordaza.
En la actualidad pareciera que la transformación y creación del espacio público ha quedado relegado a grandes empresas o entes oficiales que, la mayoría de las veces, no termina de entender las necesidades de cada espacio y sus habitantes. ¿Cómo recupera Straddle3 los espacios públicos para la ciudadanía?
Diría que, en ese sentido, las líneas de trabajo que tenemos son tres: dispositivos móviles o efímeros, proyectos urbanos permanentes de una escala algo mayor y, finalmente, la producción de recursos informativos para compartir conocimientos y experiencias.
En la primera tendríamos los proyectos de los que hemos hablado hasta ahora y alguno más, como por ejemplo el Codi7, un dispositivo móvil multiuso desarrollado en Badalona o el Cacharro 2.0, una especie de auditorio portátil que construimos en Cáceres.
En la segunda encontramos proyectos como el parque de deportes urbanos La Santa, en Santa Coloma de Gramenet, o actualmente la transformación del Camí de Ronda de Trinitat Vella en Barcelona, desarrollada en el marco del Pla de Barris, que son proyectos que se desarrollan a fuego lento con las personas que se convertirán en sus principales usuarias.
Finalmente, tenemos los recursos que nos gusta trabajar y compartir para complementar el desarrollo de proyectos específicos, como son la Guía para la Activación del Espacio Público o la plataforma multilingüe PublicSpace.Tools.
Durante la Jornada UX 2017 de la UOC, hablaste sobre que solemos asimilar algunos elementos del espacio público como interfaz y que las ciudades deberían trabajar con una noción del espacio más open source. ¿Tiene sentido la aplicabilidad de conceptos digitales -como software de código abierto o interfaz-, cuando hablamos de algo físico como la arquitectura, por ejemplo? ¿Dónde encontramos su reciprocidad?
Yo creo que sí, absolutamente. La arquitectura y el urbanismo siempre han buscado inspiración en otros campos del saber a la hora de dotar de sentido la producción de artefactos para el hábitat. No se me ocurre otro concepto contemporáneo más inspirador, fecundo y saludable como el de ‘código abierto’ para trasladar a nuestro entorno físico en los tiempos que corren.
En una situación de crisis profunda, que es también y fundamentalmente una crisis de valores y de modelos (ecológicos, económicos, sociales, políticos), la idea de ciudad de código abierto nos sugiere un entorno en permanente situación de co-producción, que ha de ser necesariamente abierta, inclusiva, perfectible, editable, transparente, auditable y sostenible.
Por otro lado, la idea de interfaz tiene que ver con el hecho de entender la arquitectura como la expresión física de la convivencia. Es algo inherente, puede tomar forma de mueble, de fachada o de trazado urbano, es algo válido para cualquier escala.
Otro aspecto que me interesa mucho, también relacionado de algún modo con el concepto de interfaz, es el diseño urbano como factor de mediación con aquello vivo que nos rodea. Lo mismo que aprendemos mucho de hackers, admiro profundamente el trabajo de paisajistas y personas con conocimientos de botánica, sin olvidar a antropólogos/as, activistas y otros perfiles de tipo humanista. La oportunidad de trabajar en colaboración con todas ellas es un privilegio que nos da una idea de lo que puede ser un entorno válido para el diseño de espacios públicos y colectivos en los tiempos que corren.
En Straddle3 hacéis referencia a los conceptos de dominio público digital y urbanismo participativo, ¿podrías explicarnos en qué consisten?
Son un desarrollo de lo que veníamos hablando, nada que nos hayamos inventado nosotras. Lo mismo que nos interesa el espacio público urbano nos interesa y nos preocupa su reflejo en el mundo digital. Lo mismo que asistimos a procesos de privatización de importantes espacios cívicos de nuestras ciudades podemos percibir claramente el cercado progresivo de recintos enteros de Internet. Nuestra vida en la red pasa cada vez más por canales de control privativo, principalmente en el caso de las redes sociales, pero no sólo.
En cuanto al urbanismo participativo, con la visión que tenemos no podemos operar de otro modo. Si deseamos una ciudad de código abierto hemos de abrir los procesos de deliberación y consenso propios del desarrollo de políticas urbanas y de planeamiento a las personas que habitan ciudades y pueblos. No es que sea necesariamente fácil, y queda mucho camino por recorrer, pero afortunadamente es algo cada vez más común.
Actualmente asistimos al nacimiento de plataformas y reglamentos de participación que van en ese sentido, yendo progresivamente de un entendimiento de la participación como algo estrictamente informativo o consultivo hacia entornos de coproducción. Seguro que desde Straddle3 y la red Arquitecturas Colectivas seguiremos poniendo nuestros granitos de arena para ello, muchas veces desde situaciones prácticas que complementan las visiones más conceptuales.
La arquitectura suele entenderse como algo estable y permanente, sin embargo, en gran parte de vuestros proyectos trabajáis con estructuras temporales como XPO1, ¿por qué? ¿qué beneficios aporta?
En ocasiones se trata de prototipos para la experimentación, por ejemplo, en el XPO1 fue la primera vez que trabajamos con contenedores marítimos y estructura metálica modular como principales materiales de construcción, fue una instalación en el marco de un festival y sólo duró un fin de semana.
Pero a partir de esa experiencia, fuimos trabajando en proyectos más permanentes con los mismos elementos, como Nautarkia, en Sant Pere de Torelló, o El Nodo, en Salitllo, México, que funciona aún como centro cultural entre barrios muy diferentes. Como último episodio de esa serie, acabamos de entregar un proyecto para realizar vivienda social temporal para el ayuntamiento de Barcelona, creo que eso da una idea de cómo el testeo y la mejora progresiva de un procedimiento puede resultar en un método eficiente y replicable. Otras veces la temporalidad viene sencillamente marcada por la disponibilidad de un espacio de otros recursos.
¿Qué papel juega el diseño en los proyectos de Straddle3? ¿Partís también de un diseño colaborativo?
En la mayor parte de las ocasiones sí, es algo que se puede ver muy bien en las plataformas web que montamos como soporte de los procesos, como sería el caso de ParcMalda.cat, un sitio donde se pueden encontrar las actas de los talleres de co-diseño y, sobre todo, ver en los vídeos cómo funciona de verdad una situación de trabajo colaborativo. El diseño es algo muy importante para nuestro equipo. En muchas ocasiones nuestros esfuerzos se han orientado a demostrar que fenómenos como el diseño colaborativo y/o la construcción con materiales reciclados o reutilizados no tienen por qué suponer una renuncia en términos de calidad, sino que en todo caso sería lo contrario.
Por otro lado, también habéis creado la plataforma online publicspace.tools ¿Qué aspectos de la filosofía de Straddle3 encontramos en ella y qué novedades aporta?
PublicSpace.tools es una herramienta digital para equiparnos a la hora de intervenir en el espacio público. Pretende ser un medio para difundir y amplificar alertas y denuncias sobre abusos de poder; así como buenas ideas y prácticas interesantes, teniendo en cuenta las condiciones legales en distintos lugares.
Nació en 2015 de un proyecto previo que fue la Guía para la Activación del Espacio Público, del año 2012, y tiene por objeto apoyar los esfuerzos de la gente comprometida con la reivindicación ciudadana por el espacio público. Supongo que incorpora varias novedades, tanto por la amplitud del proyecto en el tiempo como por su carácter multilingüe e internacional. Hay un grupo de personas colaboradoras realmente estupendas, mucho más allá del equipo de Straddle3 y de Wwb.cc (antiguos Hackitectura), que también están en el proyecto desde el principio, y eso aporta una gran riqueza y diversidad de puntos de vista para el proyecto.
Y ya para acabar, ¿en qué proyectos estáis trabajando actualmente o os gustaría trabajar?
La verdad es que en varias cosas a la vez: desde el diseño participativo de parques hasta la definición de un método alternativo para la creación de vivienda social en los centros urbanos consolidados (http://atri.city). Además estamos preparando la celebración de nuestro vigésimo aniversario con varias novedades, desde una web completamente nueva a una exposición sobre nuestra trayectoria que se inaugurará este abril en la Universidad de Guadalajara, México, que es para nosotros/as un trozo de mundo especialmente querido.
Enlaces relacionados
https://arquitecturascolectivas.net
http://straddle3.net/media/Treballs%20straddle3-CAT.pdf
http://straddle3.net/media/laparticipaciocanta.pdf
Cita recomendada: MOSAIC. Entrevista a David Juárez: arquitecto y miembro de Straddle3. Mosaic [en línea], febrero 2018, no. 157. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n157.1808.
¡Nos encanta el skaterpark!
El skate es un deporte muy dinámico y entretenido. Está muy bien que se propague este deporte, entre niños, jóvenes y mayores. Además, es necesario que se construyan skateparks tan funcionales como este.
¡Un saludo!