Vladan Joler es un activista y artista de los nuevos media. Trabaja como profesor en el Departamento de los Nuevos Media de la Academia de Arte de Novi Sad y es el Director Creativo del festival de música EXIT. Además es socio fundador de Share Foundation, que tiene como objetivo principal la defensa de los derechos humanos en el entorno digital y también de Eastwood Real Time Strategy Group, de la sociedad Napon Society for Flexible Society and Culture y del colectivo Raster.
¿Podría hablarnos sobre la Share Foundation? ¿Cuáles son sus principales objetivos?
La Fundación Share es una organización sin ánimo de lucro fundada en 2012 en Novi Sad, Serbia, tras una serie de encuentros, las SHARE Conferences, y otros actos entorno a la cultura y el activismo en internet celebrados en Belgrado (2011 y 2012), Beirut (2012) y Rijeka (2013) y que congregaron a miles de participantes. A raíz de la experiencia de estos actos nació la idea de crear una organización que trabajara con continuidad en la investigación y defensa del respeto a los derechos humanos en el entorno digital.
Una rama de esta organización, el Share Lab, se ha convertido en un colectivo dedicado a la investigación y la exploración de los datos, que aborda diferentes aspectos de las intersecciones entre tecnología y sociedad. A nosotros nos gusta decir que es un lugar donde los datos indie punk se encuentran con la teoría de los medios de comunicación pop para investigar los derechos digitales blues.
Hace poco ha terminado una residencia de investigación en Hangar. ¿Nos puede explicar en qué ha centrado su investigación? ¿En qué sentido le parece que estos centros de arte son importantes para su trabajo o investigación?
Nuestra investigación durante la residencia consistió en explorar desde una perspectiva crítica las prácticas contemporáneas de recopilación y uso de datos. El objetivo fundamental de esta residencia era crear una intervención abierta, un manual o una herramienta capaces de formular un código ético sobre los usos de los datos recopilados. El resultado final aspiraba a convertirse en una guía de referencia para efectuar auditorías de datos éticas en redes, aplicaciones para móviles y servicios en línea. La investigación ha dado algunos resultados en forma de mapas, por ejemplo un mapa lógico de las autorizaciones que los usuarios tienen que dar en el proceso de instalación de las aplicaciones para teléfonos móviles, caminos de datos a los cien webs más visitados por usuarios ubicados en España y un mapa de red topológico de Guifi.net.
¿Utiliza las herramientas visuales para reforzar su investigación o para su investigación son necesarias las herramientas visuales? ¿Puede explicarnos cómo decide utilizar datos, minería de datos y visualización de datos para investigar sobre temas?
Podemos decir que el aspecto visual es un elemento esencial de nuestra investigación. No utilizamos la visualización de datos solo para ilustrar algo, sino que la visualización de datos es nuestro punto de partida para muchas exploraciones posteriores. Primero es la imagen y después intentamos explicar teóricamente lo que vemos. En algunos casos, la visualización es la única manera de ver paisajes de datos (datascape) invisibles, que pueden ser desde redes hasta diferentes patrones configurados por metadatos. Es mucho más fácil articular lo desconocido con elementos visuales que mirando un montón de tablas o infinitas líneas de texto. Esto vale para nosotros como investigadores, pero también para nuestro público, que actualmente puede ser tanto un círculo académico o artístico como el público general. No quiero decir que nuestra actividad sea muy mayoritaria, pero nuestras «historias» son leídas por gente con niveles de conocimientos técnicos muy distintos y esta es la razón por la que nuestras investigaciones tienen que ser informativas, interesantes y útiles a partes iguales para todos, y es aquí donde las visualizaciones ayudan.
En uno de sus trabajos describe cómo opera Facebook desde dentro. ¿Nos puede hablar sobre cómo logró conectar los puntos y qué conclusiones saca de su investigación? ¿Facebook sirve a sus usuarios, los usuarios son los que trabajan el capital de Facebook o son simplemente datos sin tratar que los algoritmos tienen que digerir?
En una de nuestras investigaciones, una trilogía titulada Facebook Algorithmic Factory, lo que intentamos fue mapear y visualizar un proceso de explotación complejo e invisible escondido en la caja negra de la mayor red social del mundo. Presentamos un mapa de cómo opera Facebook según nuestro modo de ver que, en lo conceptual, probablemente se corresponda con alguna realidad. Lo que hicimos en la práctica fue revisar la mayoría de patentes registradas en Facebook en los últimos años. Facebook ha publicado más de ocho mil patentes registradas, pero evidentemente en nuestra investigación no las utilizamos todas. Solo usamos unas cuantas docenas centradas en los mecanismos utilizados para la elaboración de perfiles, almacenamiento de datos personales, generación de anuncios y asociación de anuncios con perfiles concretos. El sistema está configurado de tal modo que su principal objetivo es ampliar el mercado y reunir toda la información posible sobre los usuarios.
En cuanto a los usuarios, desde luego no es a ellos a quienes Facebook quiere satisfacer sino a sus socios de mercado y los proveedores de publicidad. Lo que representan los usuarios es el material bruto en este imperio neoliberal, que es la joya más preciosa de la corona del capitalismo moderno. Nuestra idea al comienzo era que nosotros como usuarios somos trabajadores inmateriales para Facebook, pero a medida que avanzaba la investigación nos dimos cuenta de que estamos en un nivel todavía más bajo, es decir, que no somos más que un material bruto y que quien se encarga del proceso laboral son algoritmos, no humanos.
Algunas de sus visualizaciones de datos demuestran que los metadatos y tipos de datos «pequeños», una vez procesados, pueden representar una cantidad enorme de información invisible. ¿Puede ponernos algunos ejemplos?
No diría que los metadatos son pequeños, solo que para los humanos son invisibles, pero las máquinas los entienden muy bien. De hecho, los metadatos son la base de la arquitectura de internet y sin ellos internet, tal como la conocemos, no funcionaría.
Los metadatos pueden ser mapeados y analizados con mucha facilidad mediante algoritmos y máquinas, que requieren un mínimo de inteligencia no humana. Los proveedores de servicios, como las operadoras ISP o Telecom, son quienes primero almacenan estos datos. Además, debido a las leyes sobre retención de datos, estos datos están disponibles para los gobiernos. En algunos casos los gobiernos también disponen de otros mecanismos para poder acceder a los datos directamente, mediante control físico sobre la infraestructura.
Desde hace tiempo existía la sospecha de que algunos organismos gubernamentales analizaban los metadatos, pero Edward Snowden reveló que los metadatos se analizan en tiempo real y en masa. Los metadatos revelan abundante información sobre la persona a la que se refieren, como ubicación, rutinas diarias, intereses, interacciones con otras personas, etc. Probablemente el principal valor de los metadatos sea la simplicidad con la que pueden detectarse las anomalías en una sociedad. Ello significa que si un individuo vive de un modo algo distinto al de su entorno, esa persona, gracias a los metadatos, puede ser identificada como una anomalía en el sistema.
Usted trabaja con un equipo en la publicación de estos resultados. ¿Como ha logrado reunir, organizar y producir estos trabajos? ¿Trabaja para empresas o todos sus proyectos tienen fines de investigación y son autofinanciados?
Durante los dos últimos años, nuestra investigación se ha basado en el trabajo voluntario de los expertos implicados. La mayoría de nosotros trabajamos en diferentes proyectos dentro de la Fundación Share o bien somos profesores universitarios, de modo que la sostenibilidad se basaba en otros medios. Creo que este aspecto era verdaderamente importante para el desarrollo de nuestro equipo. Estar sujeto a los círculos de la gestión de proyectos, buscar y solicitar subvenciones y tener que presentar informes, etc. son actividades que agotan y requieren mucho tiempo.
Por otro lado, no depender de fechas de entrega mejora significativamente la calidad del resultado final. En la mayoría de casos, nos podemos tomar todo el tiempo que necesitamos para investigar sobre un tema. Normalmente dedicamos entre seis y doce meses a cada historia.
El año pasado, nuestra investigación atrajo cierta atención internacional y están apareciendo posibles financiaciones bajo diferentes formas. Pero quiero seguir creyendo que conservaremos nuestra integridad como investigadores y creadores, y que podremos hacer las cosas a nuestro ritmo.
Su trabajo muestra claramente la sociedad de la vigilancia en la que vivimos. ¿Qué desea para la sociedad futura, teniendo en cuenta la realidad del presente? ¿Cree que es posible un modelo alternativo a este?
La economía de la vigilancia existe porque creemos y participamos en ella. Puede que hasta nuestras investigaciones apoyen esta narrativa, pero me gusta pensar que existe una salida. «Los datos son el petróleo del siglo XXI» es una frase que oímos bastante a menudo, pero es la idea que fomentan principalmente los gigantes del capitalismo de la vigilancia-recopiladores de datos, como Facebook o Google. Tendemos a creer en esta narrativa y en el potencial futuro de esos montones de datos. Cuanto más creemos en ellos, mayor es la cotización en bolsa de esas empresas. Cuanto más creemos en el poder de la Agencia Nacional de Seguridad para utilizar nuestros datos, más censuramos nuestra propia interacción con la tecnología. El hecho de creer en el paradigma de que los datos son el nuevo petróleo dice mucho sobre nuestros valores como sociedad. También podríamos decir que el petróleo del siglo XXI es el conocimiento, o un aire sin contaminación, o las plantas que cultivamos en nuestro jardín.
¿Qué les diría a los estudiantes de multimedia y comunicación interactiva sobre cómo afrontar el futuro de la privacidad, la tecnología o la ética?
Hay que crear medios y tecnología nuevos que incorporen valores diferentes, modelos de negocio. No creo en un solucionismo técnico y constantemente vemos que algunas ideas que al principio parecían prometedoras y que iban a salvar el mundo, como por ejemplo la economía colaborativa, pronto se han convertido en algo completamente distinto. Estar en una posición desde la que se puede modelar, crear nuevos medios y configurar el modo de interactuar de las personas, da un poder enorme. Y un gran poder en este sentido debería ir acompañado de una gran responsabilidad.
¿Algún proyecto para el futuro que quiera dar a conocer?
Durante más de seis meses me he sentido fascinado por la materialidad de los dispositivos conectados, más concretamente, la materialidad de la economía de la vigilancia. Lo que desencadenó esta obsesión fue sobre todo las conversaciones mantenidas en Barcelona con la artista Joana Moll (ver artículo videovigilancia colaborativa y redes sociales) y el tiempo que pasé con ella en Hangar, durante mi residencia. Lo que intentamos investigar es la materialidad del proceso de vigilancia, como el consumo de energía que implica el seguimiento y el análisis de datos, o las numerosas e invisibles capas de tecnología que comportan un trabajo invisible y las cadenas de suministro de componentes, como los metales y minerales incrustados en nuestros dispositivos.
Cita recomendada: MOSAIC y BERGA, Quelic. Entrevista a Vladan Joler, investigador de la Share Foundation. Mosaic [en línea], julio 2017, no. 151. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n151.1728.
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