Universitat Oberta de Catalunya

Entrevista a Catalina Alarcón

Esta semana entrevistamos a Catalina Alarcón, cineasta y productora de cine chilena. Es directora y profesora del proyecto “Volver a casa VR” taller de cine documental donde internos e internas de la cárcel conectan con el exterior y pueden visitar sus casas, barrios y familias a través de la realidad virtual.

Eres directora y guionista. Háblanos un poco de tu formación y tu trayectoria profesional.

Estudié en ARCIS en Chile (Universidad de Arte y Ciencias Sociales). Egresé como realizadora cinematográfica con mención especial en dirección. Luego, gracias al Fondo Audiovisual Chileno, el 2014, 2018 y próximamente 2020, me especialicé en Guion y Dirección de actores en SICA (Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina, Buenos aires); en Avanzado de guion y desarrollo de proyectos en EICTV, Cuba, y próximamente en Nuevos medios y realidad virtual en NYFA, Nueva York, Estados Unidos.

Me he desempeñado como productora y realizadora en la Fundación MAFI (MAFI.tv) y en su largometraje Dios (Visions du Reel 2019) y como productora ejecutiva de los largometrajes El amanecer de los cahueles (Sanfic Lab 2019) y Mi Norte es el Sur (Mannheim-Heidelberg International Film Festival 2018). Además, soy productora de DOCLA, un festival de cine, y de la Escuela de Cine en la Patagonia Chilena.

Soy directora del proyecto multiplataforma Volver a casa, que incluye un largometraje documental en desarrollo (CORFO 2018), una experiencia de realidad virtual en desarrollo (CORFO 2019, IDFA FORUM 2019) y talleres de cine y realidad virtual en cárceles chilenas.

Recientemente terminé el cortometraje de ficción La gambeta (Fondo Audiovisual 2019, Praxia Cine) el cual está en etapa de posproducción.

Hace unos años decidiste empezar el proyecto Volver a casa, del cual eres la directora. ¿En qué consiste y cómo surgió la idea?

Volver a casa es un proyecto multiplataforma que nace como un taller de cine documental el año 2016. En ese entonces tenía el foco en Maternidad y cárcel y se ejecutó durante el 2017 en la cárcel de San Joaquín. La idea principal era generar un espacio de comunidad que le permitiera a las internas el reconectarse con su identidad y con el exterior de la cárcel. Gracias a su trabajo en el taller y a nuestra investigación, pudimos darnos cuenta de cuáles eran las necesidades que existían en la cárcel, puntualmente la desconexión con el exterior. Por esto quisimos llevar el taller un paso más lejos y decidimos hacer experiencias de realidad virtual.

Desde ahí no hemos parado, abarcando cárceles de hombres y mujeres, como San Joaquín, Colina II y Centro Penitenciario de Valparaíso.

El proyecto comenzó a expandirse en áreas diversas, y como venimos del mundo del cine, decidimos comenzar a escribir un documental junto a Valeria Hofmann, destacada guionista chilena, con la asesoría de guión de Maite Alberdi, destacada documentalista y guionista chilena.

Desde el comienzo se sumó Mimbre Producciones, casa productora de cine independiente, donde fue Daniela Camino quien tomó la posta de producción de todo el proyecto Volver a casa. Desde el 2018 que hemos trabajado juntas y ha sido increíble, para el proyecto y para la comunidad Volver a casa.

Este año hicimos una coproducción con Mucha Media, casa de producción de nuevos medios (Proyecto Quipu), donde María Ignacia Court se sumó al proyecto desde la coproducción y guión de Volver a casa VR, una experiencia en realidad virtual para toda audiencia que narra la historia de una interna que crió a su hija en el sector de maternidad de la cárcel de Valparaíso.

El proyecto ha ido creciendo, adaptándose a las necesidades de los talleristas, los y las internas de la cárcel. Así se incorporaron nuevos profesores y profesoras al staff de «Volver a casa talleres», como Royerliz García, quien ha liderado la producción de campo en el proyecto en general y ha sido profesora en Colina II; Aníbal Jofré, destacado realizador de cine y gestor de obras territoriales, quien ha sido profesor también en dicho complejo, junto a Tamara Uribe, realizadora de cine documental y de ficción. Al grupo de talleres en Valparaíso se sumó Antonio Luco, destacado guionista y realizador chileno, quien ha aportado no solo desde el aula, sino también a todo el proyecto. Comenzamos a crecer y a entender mejor la metodología de nuestro proyecto, por lo que la necesidad de expandirlo a otras cárceles se hace inherente y es nuestra nueva meta para 2020.

Catalina Alarcón con una participante del proyecto Volver a casa.

Escogisteis la VR para desarrollar este proyecto. ¿Qué os aporta esta tecnología que no tendría otra?

En el caso del VR creemos que es una herramienta inmersiva que debe ser democratizada (al igual que el cine). Nos parece un hermoso gesto político el permitirles a los y las internas de las cárceles el poder ver desde un espacio íntimo, inmersivo y colaborativo, sus casas y a sus familias. En nuestro caso creemos en la descolonización virtual, es decir, entregar las herramientas tecnológicas a sectores de la sociedad que han sido sesgados, para que sean estos los narradores de sus propias historias. Así mismo, este gesto, requiere también que no solo sean ellas (las familias) las que retraten sus historias, sino que sean los que viven en primera persona esta experiencia. En un espacio de opresión, donde son invisibilizados, donde las cámaras cumplen un rol vigilante y donde se les observa sin permitirles observar (panóptico), el VR se alza como una herramienta clave.

Volver a casa consta de un documental, los talleres y los vídeos en realidad virtual. ¿Por qué decidiste que debía tener estas tres partes?

Venimos del mundo del cine. Somos principalmente realizadoras, productoras y directoras de cine. Desde ahí pensamos en cómo hacernos cargo, con nuestras herramientas, de visibilizar la realidad que estábamos viendo gracias a los talleres de cine en cárceles. Desde ahí, y gracias a nuestra participación de instancias internacionales de cine y VR, fue que nos dimos cuenta de que estábamos frente a una experiencia única en el mundo, que debía ser retratada desde el documental.

Por otro lado, percibimos la necesidad de abrir la experiencia en realidad virtual no solo para los internos e internas de cárceles, sino a todo el que quisiera conocer y reflexionar acerca de la realidad carcelaria. En el caso de Volver a casa VR, quisimos volver a la cárcel de mujeres y concentrarnos en la maternidad en la cárcel, lo que significa criar desde ese espacio y también cómo la realidad virtual logra formar un puente de conexión entre el interior y el exterior de la cárcel, que conecta un lazo tan noble como el de una madre con sus hijos. Este proyecto fue presentado este año en IDFA Forum 2019.

Finalmente, el origen y motivación de este proyecto es el de generar comunidad en un espacio de opresión utilizando el cine y la tecnología como herramienta. Por esto es por lo que queremos continuar realizando talleres en cárceles chilenas y expandirnos a otras partes de Latinoamérica.

El equipo de Volver a casa.

¿Nos puedes explicar cuáles son las reacciones de algunos de los participantes del proyecto?

Las reacciones siempre son diversas. Algunos reaccionan de manera emotiva, otros desde un espacio de hiperactividad, queriendo moverse de un espacio a otro con el headset puesto. Algunos ríen, otros responden preguntas y reaccionan a los videos como si estuvieran en ese espacio de manera presencial. Recuerdo con mucho cariño a uno de los internos que al sacarse el headset nos dijo: «gracias por darme oxígeno». Esta experiencia y también el taller se han convertido para ellos en algo básico y necesario, que los ayuda a conocerse y a calmar la ansiedad. Los motiva a ser mejores en pos de salir pronto de ese lugar. Sus reacciones son diversas, pero siempre vienen desde un espacio de amor y agradecimiento hacia nosotras, por lo que nos tomamos nuestro trabajo con mucha responsabilidad.

¿Cómo es trabajar con presos que muchas veces están aislados y alejados de la comunicación?

En Chile la comunicación con el medio libre está prohibida. Los internos e internas no pueden tener celulares y solo en algunas cárceles hay un teléfono público. La instancia para saber de sus familias se limita solo a las visitas familiares, y por las revisiones que estas exigen por protocolos de seguridad, muchas veces no ocurren para no exponer a los más pequeños o ancianos.

Por esta razón, Volver a casa funciona como un taller clave para alumnos y alumnas, ya que muchas veces es la única vía para saber de sus familias. Nuestro taller incluye una preparación intensa de 5 meses donde no solo formamos una pequeña comunidad fundada en el respeto y el cariño, sino que, además, se les prepara con lo que verán, utilizando fotografías y videos del exterior. En ese sentido, trabajar con internos de cárceles requiere de mucha constancia y paciencia. Hemos tenido solo buenas experiencias, ya que ellos y ellas ven este taller como una forma de visibilizar su realidad, de volver a sentirse útiles y capaces y, además, de conectarse con el exterior, por lo que cuidan mucho el clima de respeto y trabajo. Trabajar con ellos se ha convertido en nuestra vida, nos respetan y tratan con cariño, por lo que, pese a ser un ambiente duro al que hay que ir preparados, hemos logrado construir una comunidad sólida.

¿Cuál es vuestra relación con las instituciones penitenciarias? ¿Os facilitan la tarea, o más bien son un obstáculo que superar?

La Gendarmería de Chile ha sido un gran aliado en nuestro caso. Hemos trabajado con mucha paciencia y respeto hacia los protocolos de seguridad e ingreso, siempre en conjunto con el Área Técnica, liderada por profesionales con muchísima vocación. En ese sentido, particularmente en Valparaíso, ha sido un trabajo muy profesional, donde los encargados de la cárcel trabajan por abrir espacios artísticos, culturales y deportivos, por lo que la relación con ellos ha sido muy buena.

Unos participantes de Volver a casa con una cámara 360º.

¿Cuál es el impacto que está teniendo el proyecto hasta ahora?

Podemos decir con mucho orgullo que ya llevamos 4 años trabajando en cárceles de Chile. Hemos estado en 4 complejos penitenciarios diferentes, trabajando con hombres y mujeres privados de libertad. Cada taller tiene aproximadamente 15 alumnos, y ya vamos en la quinta edición del taller. Por Volver a casa han pasado más de 50 internos e internas de cárceles chilenas, trabajando de manera colaborativa con sus familias.

Este proyecto en sus diferentes formatos ha tenido presencia desde ponencias internacionales en Londres, Bristol (Inglaterra), Quito (Ecuador), Buenos Aires (Argentina), Guadalajara (México), Santiago (Chile), Bogotá, Medellín (Colombia) y Holanda (Ámsterdam). Ha sido publicado por HuffPost UK, A+J Español, T13 en Chile y diversos medios en todo el mundo.

El siguiente paso es llevarlo a otros países y ya existe interés de México, Ecuador y Brasil.

¿Cómo crees que os puede afectar la situación actual del país en la continuación del proyecto?

La revolución social hace mucho más contingente nuestro proyecto. Sabemos que la cárcel es una de las principales consecuencias de la desigualdad social, por lo que el pueblo chileno reclama en sus calles, es lo que hemos visto año a año en las cárceles. La falta de dignidad, desigualdad económica, falta de oportunidades, bajas pensiones, falta de educación gratuita y de calidad, así como la representatividad de minorías en el congreso, son algunas de las temáticas posibles de percibir en las cárceles chilenas y los estratos sociales que estas contienen. El cambio de constitución se hace clave, y esperamos que, con ella, el voto de los internos e internas sea aprobado. Hoy en nuestra constitución actual, escrita en dictadura, el espacio carcelario solo se escribe como un lugar de castigo donde los internos pierden su calidad de ciudadanos. Creemos que es clave que Chile haya despertado, principalmente porque la movilidad social no existe en nuestro país. El nacer pobre en Chile implica el no poder acceder a salud o educación digna y, muchas veces, el círculo de violencia y falta de oportunidades hacen más probable el terminar en el SENAME (Servicio nacional de menores) o la cárcel.

En este sentido, como Volver a casa, empujamos día a día porque la realidad de nuestro país cambie. Primero desde nuestra labor en las cárceles, luego intentando visibilizar la opinión de los y las internas de Chile. Participaremos de Cabildos penitenciarios, ya que creemos que la opinión de los y las internas de cárceles es profundamente importante para cambiar el paradigma de nuestra sociedad actual.

Para acabar, ¿algunos planes de futuro que tengas?

Muy pronto lanzaremos una opción de donación en nuestro sitio web para permitir que quién quiera aportar a nuestro proyecto pueda hacerlo. Queremos abrir esta posibilidad para continuar realizando los talleres en Chile y Latinoamérica.


Enlaces relacionados: 
http://volveracasavr.org/donate


Cita recomendada: MOSAIC. Entrevista a Catalina Alarcón. Mosaic [en línea], febrero 2020, no. 179. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n179.2007

Catalina Alarcón

Catalina Alarcón es cineasta y productora de cine. Directora del largometraje en desarrollo "Volver a casa" y del cortometraje en realidad virtual del mismo nombre. Es directora y profesora del proyecto multiplataforma "Volver a casa VR" taller de cine documental donde internos e internas de la cárcel conectan con el exterior y pueden visitar sus casas, barrios y familias a través de la realidad virtual.

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