Lot Amorós es un ingeniero de software y artista interdisciplinar que vive y trabaja en Barcelona. En su trayectoria profesional ha realizado muchos proyectos a nivel internacional de los que se pueden destacar trabajos en interfaces de visualización de datos, performances de realidad mixta e instrumentos audiovisuales interactivos. Ha trabajado en diversas instalaciones internacionales de arte digital, como los proyectos EVA en Sao Paolo y Augmented Airspace en El Cairo. En mayo de 2012 durante su residencia en Holanda desarrolló su proyecto artístico Guerrilla Drone. Desde entonces sus proyectos se centran principalmente en los drones.
¿Cuál ha sido tu trayectoria tanto profesional como artística? ¿Qué proyectos destacarías?
Destacaría los proyectos que me sorprendieron a mi mismo cuando los finalicé, como la interfaz Massive Comprehension Machine, enfocada en comprender el conflicto de Gaza a través de la generación automática de redes semánticas de los medios de comunicación a un lado y otro de la frontera. También la instalación Cuerda de Onda , por su poder inmersivo y sinestésico. Recuerdo con entusiasmo los proyectos más solitarios y donde corrí más riesgos, como pintar un graffiti en las barricadas de la plaza Tahrir y la peregrinación que hice en la península de Sinaí para difundir el dronismo.
¿Puedes contarnos cómo empezó tu interés por el mundo de los drones?
Comenzó en el mismo momento que escuché la palabra drone por primera vez, en el 2008 un amigo estaba trabajando cerca de Gaza y escuchaba por la noche los drones de Israel, me pareció una increíble metáfora de poder. Dos años más tarde durante un encuentro con otros artistas un amigo aeromodelista me descubrió la comunidad diydrones y comprendí que los podía fabricar yo mismo. Fue entonces cuando invadieron por completo mi pensamiento y mi vida artística y profesional.
¿En qué consiste el proyecto Flone? ¿Y a qué os referís cuando decís “el uso crítico de la tecnología drone”?
Flone es una plataforma para que los smartphone puedan volar. Pero va mucho más allá de eso, es la forma que hemos encontrado de hacer lo más accesible posible la tecnología de los vehículos aéreos no tripulados, gracias a una estructura de fabricación digital y no necesitar un radiocontrol. Los drones son instrumentos de poder, como las plantas sagradas que producen estados alterados de conciencia, se deben de usar con responsabilidad. Decimos que las personas con drones son personas con superpoderes, ¿que harias si tuvieras superpoderes? Respetamos la parte recreativa de volar, a todos nos gusta jugar, pero cuando te vuelves consciente de todas las posibilidades comienzas a ver el dispositivo de otra manera: acabar con el dengue y la malaria, parar la deforestación salvaje, reforestar kilómetros de montañas, detener la caza de animales en extinción, encontrar personas desaparecidas, documentar crímenes ambientales, hacer un mensaje visible a miles de personas… son sólo algunos de los ejemplos. Por eso soy crítico con la tecnología, tenemos una herramienta que puede cambiar el mundo mientras los gobiernos se centran en perpetuar los mecanismos de control y los ciudadanos se hacen selfies desde el cielo.
¿Cómo se constituyó el grupo de trabajo para el proyecto Flone? ¿Cuál es el role que asume cada uno de los integrantes del desarrollo del proyecto?
Tuve la idea inicial y busqué un grupo de personas que quisiera ayudarme. A grandes rasgos Cristina Navarro se encargó de la parte social y documentación, Alexandre Oliver del diseño físico y yo de la parte de software y conceptualización. Ahora el equipo ha cambiado mucho, nos hemos separado en distintos proyectos. Pero yo continuo el desarrollo y en ocasiones me ayuda Alex y otras personas.
Vuestra página dice: “Flone es una interfaz para permitir volar a los Smartphones”. ¿Por qué volar un smartphone? ¿No sería más sencillo utilizar un controlador más específico y seguramente más ligero?
No. Si sumas GPS + Módulo Bluetooth + Módulo Wifi + Módulo GSM/3G + Altavoz + Micrófono + Cámara + Pantalla + LED Fash + Batería tendrás un aparato muchísimo más caro, más pesado y más grande, los teléfonos están miniaturizados al máximo y su producción en masa los hace también más baratos. Además de que queremos dar salida a toda la obsolescencia tecnológica que producimos cada año, queremos dar una segunda vida a los teléfonos. Sobre por qué volar un smartphone la pregunta es tan abierta como por qué tener un smartphone, unos lo utilizan por seguridad, otros para aumentar sus relaciones sexuales y otros para comprar acciones en oriente medio. Los drones, como los computadores (y ahora los smartphones) son máquinas universales, su función viene determinada por el algoritmo, no por el objeto, por tanto sólo podría responder a mis razones particulares, no las del conjunto de la humanidad.
En cuanto al Hardware de Flone ¿Cómo funciona vuestra propuesta? ¿Es posible encontrar los recursos en la página del proyecto para que cualquiera pueda montarse su propio dispositivo?
Sí claro, ese es el objetivo, estoy trabajando en mejorar la documentación y en realizar un manual impreso, los componentes se pueden encontrar por Internet.
Sobre el espacio público. El proyecto Flone supone una crítica también al uso que se da del espacio público (en este caso el aéreo) generalmente saturado y mercantilizado. Si bien es cierto que Flone democratiza el acceso a la tecnología que posibilita ocupar estos espacios la cuestión es: ¿Os preocupa contribuir a un exceso de drones de diferente propósito sobrevolando los cielos con todo el riesgo que ello supone?
No creo que el espacio aéreo esté saturado ni mercantilizado en este momento. Es ahora que comienza a existir una explotación comercial cuando existen todos esos peligros. Si me preocupa que mi trabajo pueda contribuir a esta polución espacial, por eso flone es inseparable de toda esta reflexión sobre el espacio y las responsabilidades humanas. Lo que me preocuparía de verdad sería tener un cielo poblado de drones de gobiernos y corporaciones privadas, con software privativo, sin ningún control sobre ellos y todos bajo su perímetro de poder. Por eso ahora estoy investigando una serie de técnicas para derribar drones y dotar a la sociedad de herramientas básicas de protección contra estos aparatos. En línea con lo anterior
¿Qué otros usos puede darle la gente o cuáles consideráis vosotros se deberían darle más allá del uso lógico que suscita este tipo de dispositivos por su naturaleza?
Todos aquellos relacionados con la justicia social, la eliminación de desigualdades y la protección de personas y ecosistemas.
Respecto a la aplicación de control de Flone. ¿Cómo funciona en líneas generales? ¿Para qué plataformas está desarrollada? ¿Cuáles son los parámetros que rigen el vuelo del Flone y qué tipo de comunicación se establece entre los dos smartphones que intervienen en el vuelo? ¿Hay algún sistema de aterrizaje de emergencia si se pierde la conexión por ejemplo?
Por principios la app sólo está desarrollada en Android. Iphone es una caja negra dictatorial donde sólo Apple determina qué puede instalarse y qué no. Hace pocos años Apple vetó un app que mandaba una notificación cada vez que un drone lanzaba un misil en Paquistán. Iphone tiene un modelo de censura controlado por una única empresa, la tecnología debe de hacernos libres y no presos. La app utiliza los propios movimientos del smartphone que se utiliza como controlador, volviendo el hecho de volar una sensación mucho más natural con los movimientos de nuestra mano. La comunicación se establece por bluetooth entre el smartphone del piloto y la placa de control de vuelo. Por seguridad flone utiliza una placa de control de vuelo similar al resto de drones, el teléfono se usaría para comunicaciones, cámara, display y otras tareas, pero la carga de procesamiento del vuelo no está en el teléfono de momento. Si perdiese la conexión dispone de un algoritmo de failsafe que haría descender a flone hasta el suelo. Hay que destacar que estoy describiendo las características actuales del aparato, pero las funcionalidades están cambiando continuamente y en el futuro puede tener otras características, como la conexión entre los dos teléfonos por wifi, o el vuelo por 3G, ampliando el radio a cualquier lugar del mundo con cobertura.
Hacéis talleres regularmente para enseñar a construir el dispositivo y a pilotarlo. ¿Cómo es el feedback que se crea con los asistentes? ¿Habéis constatado la creación de comunidades de usuarios en torno al proyecto?
Si se han creado algunas comunidades, después del taller hackademia drone que hicimos en Telenoika se creó una pequeña comunidad en Barcelona. Sabemos que hay usuarios que lo han fabricado en Colombia, Brasil, Alemania, Georgia y Japón. Aunque no hemos tenido mucho feedback a excepción de algunos usuarios que sí colaboran más activamente.
¿Cómo te ha influido en tu práctica artística el proyecto Flone? ¿En qué tipo de iniciativas estás trabajando ahora?
Ha sido el proyecto más reconocido que he realizado hasta la fecha, el que más cobertura ha tenido y el que más proyectos derivados está teniendo. Me ha hecho ver todavía más la potencialidad de este aparato, llevandome mucho más lejos de lo que pudiera haber imaginado, cobrando cada día más sentido, me ha facilitado mi trabajo con vehículos aéreos no tripulados debido a su facilidad de construcción, transporte y manejo, permitiéndome hacer cosas que antes eran más complicadas. Últimamente me está haciendo replantearme las licencias libres porque hay personas que se están lucrando con mi trabajo. Ahora estoy trabajando en diferentes performances con drones, con una visión más artística y no tan técnica. También estoy trabajando en varias extensiones a flone, para hacer graffitis y un dispositivo que se elevaría en el cielo y apagaría todas las televisiones en un radio de 300 metros. Estoy también investigando con las técnicas de creación de mapas para dotar a personas que protegen la selva de Brasil de las herramientas con que denunciar estos ecocidios. Este año gané uno de los Incentivos a la producción de Vida Artificial con el que estoy diseñando un drone para reforestación con semillas y microorganismos.
¿Qué mundo piensas que tendremos en 10 o 20 años de desarrollo de la tecnología drone? ¿Crees que será necesario crear una regulación de los usos de la tecnología drone?
Las grandes ciudades europeas y norteamericanas tendrán pseudosatélites, drones de tamaño considerable volando a 20 km de altura proporcionando vídeo de alta resolución en tiempo real. Este flujo de datos servirá para multar simultáneamente a todos los vehículos que infrinjan las normas de circulación. El movimiento de las personas estará también monitorizado con mecanismos de inteligencia artificial en busca de patrones de comportamiento anómalos, que alarmen de cualquier tipo de desorden público enviando inmediatamente policía a la zona. Este flujo de vídeo será archivado, proporcionando un histórico de cada pixel y metro cuadrado de la ciudad. Cuando aparezca mobiliario urbano roto, por ejemplo, bastará con ir hacia atrás en el vídeo para identificar al responsable. También para saber quien hizo un graffiti o colocó un cartel indeseado. Los multicopteros desplazarán progresivamente a los trabajadores de todas las tareas que sean aburridas, incómodas o peligrosas. Inicialmente requerirán operadores humanos, pero estos a su vez también serán sustituidos por algoritmos en el computador. Ya se han creado diferentes regulaciones, pero éstas se tendrán que cambiar constantemente al ritmo de la evolución tecnológica, que se ha disparado. No obstante, las leyes de protección de la vida privada y la intimidad son incompatibles con los drones, cada punto en el cielo es un panóptico. Si aceptamos que vamos a convivir con ellos en el espacio, tendremos que renunciar a la privacidad.
Cita recomendada: GÁLVEZ GABARDA, Jorge y SUELVES, Sergi. Entrevista a Lot Amorós. Mosaic [en línea], marzo 2015, no. 125. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n125.1505.
Espectacular, puedo asegurar que construir un drone no es nada fácil… Algún trabajo más reciente?
¡Una entrevista muy interesante! El mundo de los drones está en plena ebullición, y no es para menos. Con el trabajo que cuesta fabricar uno y la cantidad de conocimientos que hay que invertir, que tengan buena acogida es una gran noticia. Esperemos que siga siendo así por mucho tiempo y que los modelos siga mejorando.
¡Saludos!