Resulta interesante leer cómo un diseñador aborda el reto de un determinado proyecto o encargo. Y más aún cuando se trata de un reto tan particular como es el diseño de una chapa de cava. Si a esto le añadimos que esta propuesta forma parte de un concurso, el reto todavía es más interesante.
Podemos decir, utilizando una terminología propia de la mercadotecnia y la publicidad, que lo que estas estudiantes del Graduado Multimedia – ganadora y una de las dos finalistas del Primer concurso de diseño de chapas de cava de La Virtual- han hecho ha sido aplicar una estrategia creativa. Consciente o inconscientemente.
La estrategia creativa es la orientación y la dirección que se le da a un problema de comunicación con la finalidad de romper la barrera que se impone de manera natural entre receptor/público y producto. En otras palabras, es establecer qué quiero comunicar con el objeto o producto que voy a diseñar y, además, hacerlo del modo más efectivo posible para llegar a los consumidores.
Para conseguir la eficacia deseada hay que tener en cuenta unos aspectos que son básicos a la hora de abordar el proceso creativo. En primer lugar hay que definir el producto o analizar la definición que nos han dado de él. Como dice Cristina: “Antes que nada, repasé toda la información (…), paseé por la web de Caves Júlia Bernet para ver qué estilo respiraba su diseño”. En segundo lugar tenemos que tener claro cuál es el objetivo de la comunicación. En este caso, el objeto lo marcan las bases del concurso y la propia identidad del producto. Una parte muy importante es saber a quién está dirigido: “Una chapa, pienso yo, para coleccionistas que buscan marcas con identidad propia”, nos dice Blanca.
Una vez realizadas estas fases previas nos ponemos con la parte del boceto y la creación del diseño. En esta etapa también hay ciertos aspectos que surgen en la experiencia de las estudiantes que me gustaría remarcar. Ambas han resaltado la importancia de mantener la identidad corporativa de la marca, en este caso La Virtual, integrándola dentro de su propio y personal diseño.
Sin embargo, ante el papel en blanco, cada una de ellas se ha enfrentado de un modo diferente al proceso creativo. Cristina, después de dotar de esqueleto o marco a la chapa, trabaja a partir de la idea de flores, ramas y hojas y se lanza a un banco de imágenes en Internet en busca de hojas de parra. Ella parte de la idea materializada en una imagen que va adaptando poco a poco a su propósito. En cambio, Blanca empieza con un brainstorming o lluvia de ideas para después, lápiz en mano, empezar a dibujar, seleccionar boceto y, una vez hecho esto, empieza a trabajar en su diseño.
Algo que podemos observar es cómo incluso las técnicas se personalizan y cada diseñador encuentra un modo propio de utilizar el software para dar respuestas creativas. Sin embargo, existe un claro equilibrio entre el dominio técnico y la creatividad. Las buenas ideas tienen que ser comunicadas, exigen de un proceso de creación y no serán efectivas si los problemas técnicos en el control de las herramientas impiden que el resultado final sea el previsto.
Para concluir diremos que una estrategia creativa debe ser clara, sencilla y competitiva. También diremos que el campo del diseño es un entorno de cambio rápido, y no siempre las mejores estrategias son necesariamente las que están perfectamente concebidas y rigurosamente ordenadas: las mejores estrategias son las que están bien planificadas y alcanzan una resolución óptima, tanto a nivel gráfico y visual como a nivel técnico.
Cita recomendada: BENEITO, Roser. Introducción: El proceso creativo detrás del primer concurso de diseño de chapas de cava La Virtual. Mosaic [en línea], enero 2008, no. 62. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n62.0809.