Universitat Oberta de Catalunya

Joshua Davis

Entrevista de Pau Alsina para Mosaic a Joshua Davis, reconocido artista digital que utiliza Macromedia Flash para sus creaciones, sacándole el máximo partido a las posibilidades expresivas de la herramienta. Su trabajo, a caballo entre arte y diseño, le ha llevado al reconocimiento internacional tras recibir el Prix Ars Electronica 2001, categoria Net Excellence, el premio más prestigioso de arte digital. Hablamos con él en el marco del OFFF 2003 de Barcelona, la tercera edición del festival dedicado la nueva creación audiovisual y específicamente al universo Flash.

Mosaic: Acabas de publicar un libro, Flash to the Core, te han hecho una exposición retrospectiva en el Institute of Contemporary Arts de Londres, tienes nueva página web y nuevos trabajos que no paran de salirte desde que ganaste un Golden Nica en la categoria Net Excellence. Con ello suponemos que es un buen momento para preguntarte sobre tu trayectoria. ¿Cuándo comenzaste a trabajar con Flash y como afectó a tu manera de hacer? ¿Crees que ha cambiado la manera en que tu trabajo ha evolucionado?

Joshua Davis: Bueno, yo soy Pintor, un pintor que cambió lienzos y pinceles por funciones, matrices, bucles, fórmulas. Comencé interesándome por cambiar la apariencia de mi ordenador, luego me interesé por las interfaces y al final me di cuenta que estaba dibujando y pintando con el ordenador. Quien realmente me cambió fue Javascript antes que Flash. Con Javascript puedes dibujar, pintar cosas y hacerlas más dinámicas, y con ello aprendí bastante. Cuando salió Flash I no me interesó mucho, pensé que era una herramienta para animadores, y yo no soy animador. Con Flash 2 y Flash 3 pasó lo mismo, y continué trabajando con Javascript hasta que salió Flash 4 y Flash 5.

Entonces comencé realmente a experimentar con Flash, porque es como Javascript, y pude trasladarme sin ningún problema. Javascript fue un medio, un aprendizaje para llegar luego a Flash. Bueno, y me interesaría trabajar en Java también…. Conozco el proyecto de Casey Reas y Benjamin Fry “Processing” y con toda probabilidad trabajaré en ello próximamente. Aunque para mí la tecnología que uso no es lo más importante, utilizo lo que debo utilizar para obtener lo que necesito para mi trabajo. No soy un hombre-Flash, y quizás salte pronto a Java o a cualquier otro que sirva para mis propósitos.

Mosaic: Las primeras versiones de PrayStation están construidas en HTML y Javascript, luego cambiaste a Flash y comenzaste a experimentar. Como si se tratara de un programa de experimentación.

J.D: Sí, es verdad, lo más difícil es cambiar continuamente y evolucionar. Mucha gente adquiere un estilo determinado y lo repite hasta la saciedad, a mí no me interesa eso, a mí me interesa explorar mi camino, tal como hacen los músicos que nunca escriben el mismo álbum. Como Madonna o los Beatles, por ejemplo, que han sido capaces de redefinirse tantas veces como ha hecho falta.

“Lo que te dio éxito en el pasado puede causarte el fracaso del futuro”

Por ello cada año tiro mi trabajo y comienzo de nuevo. Si miras mis archivos verás cómo están llenos de experimentaciones fallidas, muchas versiones. Comencé fascinado por los videojuegos, reinterpretándolos a mi manera, luego pasé al programa de autoaprendizaje a través de la experimentación. “PrayStation” se convirtió en el estudio donde trabajar las ideas y “Once Upon a Forest” en el espacio donde dar forma artística a esas ideas, un lugar donde poner en práctica mis conocimientos.

Mosaic: Has trabajado tanto en el campo del arte como en el del diseño, en el ámbito más comercial, como por ejemplo con Nike o Pontiac, (en línea de tu particular deseo por la explosión de los objetos expuestos), pero ¿cómo te mueves entre los dos campos?

J.D: En los estudios de diseño el trabajo está dirigido por el cliente, y a veces no favorece la creatividad, pero por mi parte siempre he querido trabajar en mis ideas porque tenía un lugar donde trabajarlas. Si no tengo presupuesto propio pero [gracias al diseño] continúo haciendo las cosas como las quiero yo hay quien me contrata para hacer lo que yo quiero hacer. Entonces viene Nike y me pide que haga reventar sus relojes, bueno, pues yo encantado si me dejan hacer lo que quiero. Las razones por las que estoy en ambos lados son económicas, evidentemente, lo que gano con las empresas luego puedo reinvertirlo en mis experimentos artísticos durante mucho tiempo. No estoy interesado en el dinero, estoy interesado en la gente que nos deje libertad creativa para explorar la interacción artística. Por ello me muevo en los dos ámbitos, equilibrándolos mutuamente. Seguramente podría montar un estudio de diseño y hacer montones de dinero, pero esto sería a costa de sacrificar la vertiente más artística que llevo dentro. Actualmente tengo una pieza expuesta en el Ars Electronica Center de Linz, y ya hace un año que está expuesta junto con Golan Levin y otros de Carnivore, dentro de la exposición “Hidden Worlds” (mundos ocultos). Si me dedicara al diseño todo el tiempo tendría que dejar de hacer muchas de estas instalaciones artísticas que ahora hago.

Mosaic: Durante la presentación en OFFF 2003 hablaste de fractales, ecuaciones, algoritmos. Es obvio que también se alude a una estrecha relación entre las matemáticas y el arte, entre patrones y su estética.

J.D: Por supuesto, sí, como los sistemas fractales de Lindenmayer o los algoritmos. Pongamos un ejemplo: con unos elementos dados y unas reglas para su utilización estoy convencido de que cada uno de nosotros conseguiría diferentes usos, con diferentes formas, diferentes patrones dentro de las posibilidades que confieren las reglas. Con los ordenadores podemos hacer los patrones aleatorios y programarlos, programar las instrucciones, el comportamiento y esperar que el azar nos devuelva un patrón que nos deje boquiabiertos…y esto de alguna manera va contra la noción del arte como control, donde se dicta dónde van las cosas, “esto va aquí esto va allá y así es como lo debes ver”. En cambio con la recursividad de los programas llegas a no tener control y a sorprenderte. Es una sorpresa continua porque el ordenador tomará decisiones que ninguno de nosotros podría tomar.

Mosaic: ¿Quizás se trate del nuevo rol del artista como programador? ¡Una nueva manera de hacer arte?

J.D: Sí, para mí todo comenzó con Jackson Pollock, quien se consideraba a sí mismo pintor, incluso a pesar de que su pincel nunca tocó el lienzo. ¿Cómo te puedes considerar pintor si tu pincel no toca el lienzo? Él tenía control, no obstante, porque escogía sus movimientos, controlaba los movimientos a pesar del componente azaroso que había en todo ello. Lo que yo quiero es dejar de controlar los movimientos, y redefinir con ello el arte y la pintura, sin ningún control sobre lo que se crea. De esta forma escribo programas capaces de generar archivos de texto que puedo recuperar como si grabara los movimientos del pincel. De esta manera puedo sobreponer diferentes movimientos unos encima de otros y mezclarlos. Para mí el arte no tiene que ver con el acto de crear el trabajo, sino en el acto de vivir con ello y encontrar aquel accidente preciso. Sentado delante del ordenador pulsando sin parar la barra espaciadora esperando encontrarlo, el arte tiene que ver más con escoger el accidente que consideras bello. Como hacen los fotógrafos que se preocupan por la composición, los arreglos perfectos, y que disparan cuando todo está preparado. No hay diferencia.

Mosaic: ¿Qué piensas sobre los nuevos retos para la educación, el papel de la educación en la escena del arte de los nuevos medios?

J.D: Soy profesor en la School of Visual Arts de New York, hago una clase que se llama “Investigaciones en el net art y los nuevos medios”. Nos centramos en escribir sistemas de partículas, miramos lo que hace el resto de la gente y hablamos sobre ello. Entonces nos pasamos la mitad del tiempo escribiendo estos sistemas de partículas, y esto resulta muy emocionante para los estudiantes. Se encuentran un poco fuera de lugar después de tres años previos de aprendizaje basado en la copia del trabajo de otros artistas, es decir, de seguir un esquema del tipo: “mirad el Greco y copiadlo después”. El sistema en EEUU se basa en mirar-copiar-mirar-copiar, por eso para mis estudiantes es muy difícil crear cosas en las que no van a poder tener control sobre los resultados obtenidos. Al principio les cuesta, pero luego acceden y entonces se convierte en un reto que les estimula. Pero es posible, se puede aprender de esta manera, lo recomiendo. Por lo que respecta a los libros la mayoría son del tipo “Cómo hacer X”, libros de instrucciones que no se enfrentan al apartado conceptual, sólo gente como John Maeda o Lev Manovich han trabajado en esta dirección, pero son libros aún demasiado nuevos y va a hacer falta un tiempo hasta encontrar libros más acertados.

Mosaic: Ha habido un boom que ha hecho que mucha gente se dedicara al diseño multimedia, pero a su vez ha habido cambios importantes en Internet y la industria multimedia. ¿Cómo están las cosas en EEUU?

J.D: Ha habido muchos cambios, pero éstos no han afectado tanto a los estudios pequeños, que aún tienen mucho trabajo por hacer. No me preocupa si a los grandes estudios de diseño como Razorfish no les va tan bien, lo que no está bien es que las personas pierdan sus trabajos.

Los grandes estudios tenían tarifas muy altas y tenían a muchísima gente trabajando con ellos, había una cierta inflación desmesurada. Pero los artesanos siempre tendrán trabajo, no hay que preocuparse. En el campo del arte las cosas se están poniendo también bastante interesantes. El reconocimiento del que goza el arte digital no tiene precedentes, la fotografía tardó mucho más en entrar dentro del espacio artístico, y en cambio el arte digital apenas está tardando unos 10 años. Hay muchos museos trabajando en el tema, y la verdad es un momento estimulante para todos los que llevamos tiempo explorando el terreno.

Mosaic: ¿En qué proyectos trabajas actualmente?

J.D: Pues uno de los proyectos más interesantes que acabo de terminar creo que no se va a poder ver en ningún lugar. He hecho una web para Madonna y el vídeo de su último álbum “American Life”, un tema bastante antiamericano que como sabes ha sido censurado en USA y retirado del circuito. Con lo que la web no se hará pública, a pesar de que realmente disfruté haciendo el trabajo. Después he hecho también un trabajo para la Volkswagen, para su nuevo coche Phaeton, y ahora estoy trabajando en dos grandes proyectos artísticos.

El primero es un buscador de colores. Un buscador en el que tú tecleas una palabra, por ejemplo “agua”, y aparece como resultado todo un grupo de colores extraídos a partir de imágenes obtenidas de Google. ¿Será azul el agua? ¿Qué color tendrá el sexo? Los resultados son sorprendentes. Todo ello se inserta en una base de datos que permite ir observando cómo evolucionan los colores de las cosas. Es decir, un mes el agua es azul y al siguiente es roja, por ejemplo, ya que Internet está siempre en evolución, cambiando. El segundo proyecto es un comisariado sobre el videojuego Midnigth Run de Rockstar Games. Me van a dar un nivel del videojuego y voy a escoger a 20 artistas para que reinterpreten los gráficos del mundo creado en el juego, de manera que en el mismo nivel tengas múltiples trabajos artísticos disponibles. Parecido a lo que hizo JODI con Castle Wolfenstein, aunque su motor era bastante básico. El motor del que disponemos nosotros es bastante más complicado, y vamos a tener problemas con el mapeado, aunque creo que va a estar bastante bien si lo conseguimos. Hay un gran grupo de modificaciones de videojuegos donde se retocan personajes y texturas, pero me interesa sobretodo la experimentación artística.

Mosaic: Bien Joshua, muchas gracias por tu tiempo y tus explicaciones, esperamos que acabes de disfrutar de tu estancia en Barcelona y que te vayan bien todos tus proyectos.

J.D: Gracias a vosotros.


Cita recomendada: MOSAIC. Joshua Davis. Mosaic [en línea], noviembre 2003, no. 20. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n20.0310.