Universitat Oberta de Catalunya

Xaquín G.V.

“La infografía es el azul brillante de las plumas del pavo”

Mosaic: De La Voz de Galicia a El Mundo, después a Newsweek, y ahora en el The New York Times. ¿Son trabajos muy diferentes o simplemente has cambiado de “aldea”?

Xaquín G.V.: Cada “aldea” es una cultura en sí. Son medios muy distintos con estructuras y procesos establecidos muy distintos. Es notable, por ejemplo, el respeto que aquí se tiene a la profesionalidad de quienes nos dedicamos a los gráficos informativos. En España lo hubo, y La Voz y El Mundo, de hecho, destacaban. Lo interesante del trabajo actual en The New York Times son los recursos y la energía del departamento más asombroso del mundo. Es el lugar ideal para aprender y experimentar, como lo fue en su día Elmundo.es

Alberto Cairo, Chiqui Esteban son algunos de los nombres propios más destacados actualmente. ¿Hay una tradición latina en el campo de la Infografía o se trata inevitablemente de un ámbito global?

Malofiej era un periodista y cartógrafo del siglo XX, relativamente reciente. Florence Nightingale era una enfermera y estaticista–que no esteticista– de origen británico que en el siglo XIX inventó los histogramas circulares. El epidemiólogo inglés John Snow encontró el origen de las muertes por el brote de cólera en Londres en 1854 en el agua de las fuentes públicas, mostrando ambas series de datos (localización de las muertes y fuentes) en el mismo plano. William Playfair, ingeniero escocés del siglo XVIII-XIX, desarrolló la mayoría de los modelos de gráficas modernos. Charles Joseph Minard y el mapa del avance de Napoleón a Rusia. La anatomía y los artefactos de Da Vinci. Los diagramas de Euclides en el siglo III a.C. que probaron teoremas matemáticos como el de Pitágoras. El supuesto mapa de Çatalhöyük, en lo que hoy día es Turquía, aproximadamente del 7.000 a.C. Visualizar la información es humano. El hecho de que la periodística en España lo haya explotado más –y durante mucho tiempo muy bien– es totalmente circunstancial.

¿Dónde se forma un Director de Infografía o de Gráficos Interactivos? ¿Qué ha de saber y qué competencias ha de poseer?

Además de todo lo que se requiere de un buen periodista, de un buen visualizador de información y de un buen supervisor, es fundamental entender y defender la infografía como otro género periodístico. Tener un proyecto claro dentro del medio y conocer–con ojo crítico siempre–las herramientas y las tendencias.

La parte de profesional de la infografía se aprende en las escuelas y facultades. De Diseño, de Bellas Artes, de Periodismo o de Ingeniería Informática. La parte gestora, en la calle, a base de golpes–qué exagerado soy. Quizá no sea para tanto, pero casi. De la calle a los periódicos en España no hay tanta diferencia. Guerras de bandas, palizas, ‘chuliños’, sexo, sudor y sangre son parte del encanto ibérico del trabajo en un periódico.

¿Con qué herramientas trabaja actualmente un infografista interactivo?

Las que, además de las requeridas para ser periodista, se necesitan para desarrollar la estadística, la diagramática y la cartografía como en el medio impreso, más diseño de interfaces, la programación orientada a objetos… ¿Consejos concretos? Haz del Excel tu buen amigo. Aprende 3D, dibujo vectorial 2D e ilustración tradicional. Exige la implantación de programas de GIS en tu medio. Piensa tus interfaces para tu usuario y aprende a programar como los programadores, para ellos es fácil pasar de ‘Ruby on Rails‘ a ‘R‘, Actionscript o a Processing.

En 2005, como profesor de Infografía, estuviste vinculado a la producción “The Ancient Way“, ¿en que consistió tu tarea?

Todos los años la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill organiza un proyecto de documental multimedia con universidades de otras partes del mundo, realizados integramente por estudiantes. “The Ancient Way” es fruto de la colaboración con la Universidad de Los Andes (Chile) y la Universidad de Santiago de Compostela. Nuestra labor fue básicamente establecer los criterios, los modelos y enseñar la tecnología a los estudiantes, debatir la edición de las piezas con ellos, animarlos y forzarlos a estrujarse las meninges. Fueron treinta días sin descanso, de trabajo intensísimo para ellos –de doce a catorce horas diarias– pero tremendamente satisfactorio y reconfortante. Sigue siendo uno de los documentales multimedia más interesantes que se han hecho.

Catalogas “The Ancient Way” como documental multimedia. ¿Es un nuevo género?

Todo lo que tiene el adjetivo multimedia es nuevo, ¿no? El documental multimedia es el género del periodismo multimedia que quizá se haya aprovechado menos en los medios de comunicación.

Los documentales, sean multimedia o no, precisan de una planificación a la que no estamos acostumbrados los diarios tradicionales. Pero tampoco National Geographic, que sería el caldo de cultivo ideal para este género, ha dado señales de utilizarlo de la manera que esperarías; aunque sé que la tendencia allí está a punto de cambiar, con la nueva integración de los canales que nos enseñó Rob Covey, vicepresidente Senior de Desarrollo de Contenidos y Diseño para Medios Digitales de National Geographic, en unas conferencias del taller de Multimedia de la Universidad de Miami de este año.

Para crear un producto como ese cuando hay pocos recursos. ¿Qué conocimientos son claves? ¿Qué perfiles profesionales son imprescindibles?

Son muy importantes periodistas con profundos conocimientos de programación. Perfiles como el de Gabriel Dance o Tom Jackson, que salieron de ese proyecto “The Ancient Way” y que ahora son productores multimedia en el NYTimes. Gente capaz de concebir las historias y diseñar y programar los interfaces.

¿Qué grado de interactividad han de tener las interfaces?

El que garantice un acceso a la información apropiado. Existe una radical diferencia entre las posibilidades de interactividad de un interfaz y las necesidades de interactividad de una información, y garantizar el equilibrio entre ambas es una decisión de edición fundamental. Un ejemplo de interfaz altamente interactivo pero poco apropiado es el gráfico de elmundo.es sobre la ‘Historia de los presidente autonómicos‘ te permite reordenar las comunidades autónomas por superficie, PIB y población –información no necesariamente relacionada con la historia de los presidentes autonómicos– y además te permite ordenarlas como te parezca a ti, carece de clave para los colores –aunque se intuye el código– y divide la información de cada comunidad autónoma entre el Parlamento y el Presidente, cuando relacionarlos es lo natural e interesante en algunos casos. Es importante que todas las decisiones del interfaz tengan un porqué distinto al mero hecho de poder hacerlo de esa forma.

¿Cuánta importancia debe tener el contenido y cuánta la belleza formal? ¿Se puede sacrificar el contenido por la belleza?

La forma sigue –debiera seguir, en fin– al contenido. Las visualizaciones más bellas no son bellas porque sí, sino porque su forma evidencia mejor su contenido. Ya sea porque la forma en la que lo hacen conecta con nosotros de manera emocional o de manera racional. Jaime Serra publicó un gráfico del reparto de la riqueza en Clarín que dividía los porcentajes utilizando un bollo de pan, y la parte marginal, “las migajas”, eran literalmente migajas de pan. Conectaba emocionalmente de manera brillante. Los gráficos del NYTimes sobre el desastre del Katrina mostraban a la perfección la correlación entre las zonas más afectadas por el huracán, el nivel económico y la etnicidad de la población en una serie de ‘small multiples’, varios mapas –en este caso– que permiten establecer relaciones en base a la repetición del entorno o el dato visualizado, perfectamente ordenados, bellos de leer y fáciles de entender.

¿Qué criterios deciden si una noticia merece un gráfico interactivo?

Dependen de la información: que la visualización evidencie algo que el texto deja oscuro; que la interactividad o la secuenciación de la información facilite su comprensión; el propio interés de la noticia; la vida de la noticia; incluso el mero hecho de que haya o no recursos disponibles para su producción o que haya equilibrio entre los recursos necesarios, el tiempo de producción y la duración.

¿Podemos entender la infografía interactiva como una nueva disciplina?

Relativamente. Si bien la posibilidad existía prácticamente desde el nacimiento de las primeras plataformas interactivas, como género periodístico aún le falta expansión. Su desarrollo parece que se ha estabilizado un poco. Hace apenas nueve años eran literalmente cuatro gatos quienes producían gráficos interactivos, la gente de elmundo.es, de South Florida Sun-Sentinel con The Edge, luego elpais.com. Hoy en día… no creas que somos muchos más.

¿La prensa clásica aguantará mucho tiempo?

Esos debates los dejo para los visionarios. Para los gestores. Para los Sulzbergers. Aunque personalmente no auguro un colapso inmediato.

¿Y la infografía interactiva que papel juega en el marco actual?

La infografía es un producto difícil y caro de producir pero que marca la diferencia con la competencia. Los medios que sepan integrarla, utilizarla, aprovecharla serán capaces de sobrevivir más tiempo en un entorno hostil, de crisis. Los reportajes multimedia y la infografía interactiva están resultando en el NYTimes, y resultaron en otros medios antes. La infografía es el azul brillante de las plumas del pavo. ¿Es imprescindible? En fin, si la especie se quiere perpetuar…


Cita recomendada: GIMÉNEZ, Ferran y GUERRERO, David. Xaquín G.V. Mosaic [en línea], junio 2009, no. 71. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n71.0904.