Entrevistamos a Román Torre, ha trabajado conceptualizando, realizando y colaborando en todo tipo de producciones artísticas y tecnológicas
¿Cuándo surge tu interés por la creación digital?
Mi interés en “lo digital” no es temprano, comienzo a trabajar con ordenadores una vez que empiezo a descubrir como programarlos/configurarlos/modificarlos y el gran abanico de posibilidades visuales e interactivas que me ofrece esta vía. No puedo entender mi trabajo de estos últimos 10 años sin este tipo de tecnología, aunque si que es cierto que ahora mismo mantengo una gran lucha para que estás maquinas no se apoderen de todo mi espectro creativo y vital. He pasado la fase de fascinación y ahora me encuentro en la de recuperar el control sobre ella.
En tu página web dices que te inspiras en la ciencia/ciencia ficción. ¿Qué te aporta a la hora de desarrollar tus obras?
Todas las facetas del desarrollo humano son interesantes para mi trabajo creativo, aunque las metáforas de la ciencia respecto a sus consensos/descubrimientos/capacidad tecnológica y toda la lucha del ser humano contra su propia naturaleza/entorno/sociedad, es algo que siempre se mantiene en mi cabeza a la hora de darle un giro argumental a mis
creaciones, de cualquier tipo. La creación artística te permite abordar estas situaciones sin preocuparte excesivamente del rigor científico y como punto de partida, no hay nada que más me motive que imaginar/plantear una estética o experiencia, proyectando situaciones desconocidas a partir de estos consensos culturales o científicos, ya establecidos.
Si lo consigo o no, eso lo decide el público pero lo cierto es que en mis planes mentales y casi de manera inevitable en su producción, estos objetos, instalaciones o trabajos visuales, siempre me da la impresión de que podrían encajar como parte de un escenario posible en cualquier producción cultural etiquetada como “ciencia ficción.”
Podría poner como paradigma de esa intención, la pieza que realizamos en 2015, llamada Body Mutations. Se trata de una instalación que te sitúa en un contexto de urgencia, donde el gobierno te obliga a realizarte un scanner para detectar a personas como tú, que aún no teniendo ningún síntoma, están infectadas por un desconocido virus. ¿Nos suena verdad?. Difícil de ponerse en situación años atrás, totalmente contextualizada a día de hoy.
¿Cuáles son tus líneas de trabajo?
Después de unos cuantos años de práctica, mis líneas de trabajo corresponden a los intereses más intensos que tenga en ese momento, técnica e intelectualmente. Aunque quizás con los año voy identificando algunas: me interesa la sociedad digital y las problemáticas derivadas de nuestra interacción con las máquinas. Me interesa la ciencia y la ciencia ficción y sus metáforas. Como más arriba ya comentaba, sobre todo en su proyección más-allí-de-nuestro presente. Y por supuesto, me interesa la naturaleza, o lo que queda de ella, que es mucho más de lo que pensamos y también nuestra relación compleja con ella. Y alguien leerá y esto y dirá, “esa no es una línea, son todas” y probablemente le contestare: Exacto, me interesan demasiadas cosas como para identificarlas con líneas. En realidad, nunca estuve muy preocupado por esto.
Has realizado desde pequeños dispositivos hasta grandes instalaciones artísticas. ¿En qué proyectos te sientes más cómodo?
Me siento más cómodo cuando tengo tiempo para investigar y desarrollar las piezas con tranquilidad y con la gente en la que confío y me gusta trabajar. Y por supuesto, acompañado de un buen presupuesto. Mis trabajos raramente son “vendibles” si no tienen un punto “popular”, que encajen en festivales para todos los públicos. Últimamente escasean los fondos salvo casos puntuales pero para mi lo importante es que aún siendo un objeto pequeño o una instalación de gran tamaño, haya tenido tiempo de disfrutar
pensando, trabajando y modificando con tranquilidad. Trabajo habitualmente con combinaciones tecnológicas complejas y eso requiere tiempo. Y no me gusta la prisa, siempre que tengo la oportunidad de trabajar en esas condiciones, se nota y normalmente los proyectos me riden más en todos los sentidos.
¿Cuándo te decidiste a crear Rotor Studio? ¿Cuál era tu objetivo?
La idea de Rotor Studio nació para diferenciar trabajos más personales con trabajos, también artísticos, con otros o para otros. Es habitual que cuando las producciones son complejas, la cantidad de actores implicados aumente, y la idea principal de firmar como un estudio, diluye un poco mi protagonismo personal en favor de toda la gente implicada (que ha sido bastante durante estos últimos años en Barcelona) en esos proyectos.
Rotor studio es también nuestro estudio profesional y desde donde compatibilizamos producciones artísticas propias con otros servicios que ofrecemos, casi siempre relacionados con la producción tecnológica de carácter cultural, para entornos museísticos, festivales, asistencia a artistas, fabricación digital, etc.
¿Cómo ha evolucionado?
A medio camino entre lo comercial y lo artístico, últimamente hemos estado realizando espectáculos para todos los públicos en contextos como festivales de luz y cosas similares. Pero bueno, llego la pandemia y como todo el mundo sabe, todas estas cosas están totalmente fuera. También realizamos bastante asistencia técnica a otros artistas que están desarrollando piezas con partes tecnológicas. A nivel más artístico, seguimos investigando y tratando de buscar la oportunidad de encontrar fondos o espacio (tiempo) para pensar/diseñar/producir con cierta calma. En demasiadas ocasiones, se impone la necesidad económica respecto a la artística y hacerlas compatibles en un contexto de Pandemia, es complicado. Por suerte y recientemente, nos hemos mudado de Barcelona a Gijón, un sitio mucho más pequeño y tranquilo, justamente buscando tiempo y tranquilidad para reflexionar sobre todo esto.
Has participado también en la puesta en escena de espectáculos de danza y ópera. ¿Qué relación crees que tiene con el arte digital o por qué decidiste formar parte de estos formatos?
Básicamente la relación es que en ocasiones hemos usado la misma tecnología y estética. Intentando introducir lenguaje digital en formatos de espectáculo, teóricamente, más tradicionales. Para mi fue una buena escuela, artística y técnica, puesto que muchos efectos y técnicas escénicas, son muy interesantes para usar en instalaciones y otras piezas visuales.
¿En qué líneas te gustaría trabajar en a medio plazo?
Últimamente me interesa mucho la fusión de la naturaleza con lo digital, las falsas naturalezas, la hibridación entre los dos mundos y también, el uso de elementos más plásticos y no tan tecnológicos en mi trabajo. Junto con Ángeles, mi compañera de estudio, trabajamos en integrar algunas piezas en hormigón, mezclando hardware para diferentes propósitos artísticos con ese material. También estamos intentando generar una línea más
escultórica y analógica de manera inversa: Usando datos para generar piezas escultóricas.
Cita recomendada: MOSAIC. Entrevista a Román Torre. Mosaic [en línea], septiembre 2020, no. 185. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n185.2033
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