El cine de animación independiente es un trabajo que demanda una atención especial, para poder disfrutarlo el espectador ha de ser generoso y saber de antemano a lo que va.
Mosaic: Para comenzar, nos gustaría conocer cuál es tu opinión de la animación que se hace actualmente en España.
Isabel Herguera: Durante estos últimos años se ha dado un salto cualitativo en los cortos de animación que se realizan en España. Seguramente esto se debe a la accesibilidad del medio audiovisual y a que Internet es un escaparate de todo lo que se está haciendo. Este desarrollo se debe también a la labor de promoción que hacen los festivales especializados y los centros y escuelas donde se imparte animación. Por último hay que reconocer el trabajo de la industria de animación nacional bajo cuyo paraguas es posible desarrollar un trabajo independiente.
Mosaic: Me llama la atención que este género ha tenido personajes muy influyentes y que han dado un gran impulso al mundo del cine, como Segundo de Chomón o Meliés. Observo además que es un género minoritario, se trata de cortometrajes que se presentan en festivales muy especializados, pero no se pasan en los cines convencionales, ni tampoco tienen cabida en las salas de arte. Contradictoriamente donde más se utiliza el género es en la publicidad, en los vídeos musicales y últimamente en los videojuegos, que se trata fundamentalmente de medios dirigidos a un público masivo. ¿Compartes esta observación?
I.H.: Este es un género minoritario y no sé hasta que punto sería contraproducente que siguiera los mismos canales de distribución que el cine comercial. El cine de animación independiente es un trabajo que demanda una atención especial, para poder disfrutarlo el espectador ha de ser generoso y saber de antemano a lo que va.
Es cierto que dentro la publicidad y los vídeos musicales encontramos recursos estilísticos que han sido desarrollados en producciones independientes. Esto se debe a que estas producciones de autor son el resultado de un proceso de experimentación personal, en el cual y debido a que es uno mismo el que define el valor de su tiempo, el gasto en el que se incurre es algo subjetivo y ambiguo. La industria, tanto en publicidad como en vídeos musicales, se rige por la cantidad de tiempo es igual a gasto, en los que se pueda incurrir y el resultado que este pueda tener. Por lo tanto, no hay margen para la experimentación, el riesgo y la improvisación.
Es frecuente ver en trabajos de publicidad que algunas de las propuestas que se consideran innovadoras hoy tienen su origen en trabajos que fueron desarrollados hace 50 años. El avance tecnológico ha sido tremendo, pero en cuanto a concepto seguimos estando muy lejos de las propuestas vanguardistas de Fishinger o Len Ley o Jules Engels, por nombrar a algunos.
Mosaic: Una curiosidad respecto de los cortos de animación candidatos a los Óscars de este año. Creo recordar que tres de las cinco obras contaban con el apoyo de grandes estudios, que comienzan a dedicar recursos a este tipo de producto como mecanismos de “investigación e innovación”. ¿Crees que eso así o es sólo una coincidencia? ¿Supone un cambio en el panorama?
I.H.: Los estudios de animación saben que una nominación a los Óscar equivale a una distribución segura y una retribución económica a medio plazo. Asegurándose la inversión para el siguiente proyecto comercial. Al mismo tiempo con estos cortos que no tienen una rentabilidad económica directa se accede al circuito de festivales lo cual les da prestigio. Para los grandes estudios estas producciones de carácter independiente no suponen mucho gasto. Son necesarias pues son el laboratorio donde se experimenta y por lo tanto innova tanto en materia tecnológica como de contenidos.
Mosaic: ¿Cuáles son las técnicas propias de la animación? ¿Qué técnicas has utilizado en tus obras y cuáles son tus preferidas?
I.H.: Todo aquello que se pueda mover es “animable”. No hay ninguna técnica propia de la animación. Cierto que el dibujo es la más conocida, pero conocida no significa propia.
Mosaic: ¿Cuál ha sido la filosofía o la visión de la animación y del arte que te han inculcado en las escuelas que has estudiado?
I.H.: He pasado por varias escuelas y en cada una de ellas el arte y la animación discurrían por diferentes caminos. Hace 80 años, los experimentos que se hacían en cine formaban parte de las propuestas artísticas del momento. Después y durante mucho tiempo, el cine siguió un cauce industrial y el arte, su mercado particular. Fue gracias a la gran exposición itinerante de William Kentridge, creo que durante el 2000 o 2001, que el mundo del arte redescubrió la animación. De hecho la utilización de la animación dentro de las propuestas artísticas ha existido siempre pero no ha tenido la proyección en galerías y museos que tiene ahora.
Mosaic: En la animación experimental parece que tenga más peso la expresión de las emociones y de los estados de ánimo que el contar una historia. En tu caso, ¿funciona así? ¿Por qué le das más importancia a un aspecto que a otro?
I.H.: La narración en un trabajo experimental tiene mucho que ver con la estructura que encontramos en arquitectura, con la métrica de un poema o el ritmo de una melodía. Nada es aleatorio o fortuito o puramente emocional. La estructura, la narración, está regida tanto por la cabeza como por el corazón.
Mosaic: Sería interesante que nos contaras cuál es el método de enseñanza que impartes a tus alumnos.
I.H.: Prefiero dar clases en formato de taller pues me gusta enfocar el curso como si de una producción comercial se tratara. Para mí, el taller es una buena oportunidad para hacer cosas nuevas, para aprender una técnica o simplemente un procedimiento distinto. Estos dos últimos años he impartido talleres sobre la relación de la música en la animación. Partíamos de una banda sonora previamente establecida y en base a ésta desarrollábamos la narración. Las restricciones, en este caso de la banda sonora, son muy positivas a la hora de querer llevar a cabo un proyecto en un plazo de tiempo muy corto.
Mosaic: Otro aspecto que me parece interesante es el uso de las nuevas tecnologías en tu profesión. ¿Cómo afectan o benefician estas nuevas tecnologías al mundo de la animación? Me refiero a tecnologías como Flash, por ejemplo, que para algunos se ha convertido casi en una “estética” en cuanto a animación.
I.H.: Al adaptarnos a las posibilidades del nuevo programa cambiamos nuestra forma de narrar, bien sea por referencias que tenemos de otros trabajos o simplemente porque constituye la parte más ventajosa del programa. Las posibilidades visuales que determina el trabajar en Flash o en cualquier otro programa pueden definir una estética y una forma concreta de contar una historia. Pero no altera el contenido de aquello que queremos contar.
Mosaic: El nuevo marco audiovisual permite, al menos en teoría, que el artista distribuya por sí mismo su obra en Internet. En la práctica ¿eso es así? ¿Ha afectado la Red positivamente al animador?
I.H.: No todo el mundo tiene una conexión rápida a Internet. Por ahora seguimos recibiendo DVd´s y VHS a través del correo postal. Posiblemente dentro de muy poco tiempo podamos hacer un festival que no tenga necesariamente que estar localizado geográficamente en ninguna parte. Creo que ir al cine forma parte de un ritual en el cual la cola para comprar la entrada o la forma en el que la butaca le acoge a uno, nos predispone para disfrutar del espectáculo de la magia del cine.
Mosaic: Has estado al frente del festival Animac desde el año 2002 y unos de vuestros objetivos ha sido acercar la animación al público en general. ¿Cómo consigues esta meta, si tenemos en cuenta que la animación experimental es un género que no es muy conocido y que para su visionado se necesita de una fuerte predisposición por parte del público?
I.H.: El atraer al público a las salas es la parte más difícil y la más importante. El motor de Animac es su equipo de producción Decapacap. Éste vive en Lleida y conoce los entresijos de la ciudad y su gente por lo tanto es el responsable de que acuda la gente de la ciudad. El equipo de prensa, Olaizola Comunicación, proyecta la muestra nacional e internacionalmente, suscitando curiosidad fuera de las fronteras de la ciudad. Asimismo, el no restringir la muestra a la proyección de una serie de películas en el teatro, el sacar Animac a la calle a través de los talleres, exposiciones y conciertos, hace que el ciudadano quiera saber el motivo de tanta actividad.
A través de los años, el público de Lleida se ha ido acostumbrando a ver este tipo de trabajos que se salen de lo que normalmente entendemos por dibujos animados. Programamos las actividades de Animac, de tal manera que se cree un contexto en torno a estas propuestas diferentes. Y así cuando llega el momento de la programación más rara el público ya está preparado y sabe dónde y cómo canalizar esta información encontrándole un sentido dentro del todo.
Mosaic: De entre todo el catálogo de festivales de animación, ¿con cuáles te quedas? ¿Por qué?
I.H.: Todos y cada uno de ellos trabajan para promover y difundir la animación. Cada festival tiene un carácter distinto como maneras y formas hay de animación. Como programadora de festival me quedaría con Annecy, pues allí se encuentra todo. Como realizadora posiblemente con alguno más pequeño y en el que la animación formara parte de algo más grande. Me gusta ver la animación dentro de un contexto más amplio, pues en el fondo lo único que intento hacer es contar historias.
Cita recomendada: CÓRCOLES, César; RODRÍGUEZ, René y BENEITO, Roser. Isabel Herguera. Mosaic [en línea], febrero 2007, no. 54. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n54.0708.