Universitat Oberta de Catalunya

Rest in Motion (Hillman Curtis In Memoriam)

Son muchas las cosas que han cambiado en el ámbito multimedia desde que hace veinte años naciera Mosaic. Esta publicación ha sido un testimonio privilegiado de dos décadas repletas tanto de revolucionarias irrupciones tecnológicas, como de imprevistas ausencias y despedidas empresariales.

Entre las primeras (irrupciones), convenimos en destacar Lean UX (2007), WebGL (2011), Adobe Creative Cloud (2012), HTML5 (2014) o WebVR (2014), desarrollos y aplicaciones surgidas todas ellas tras el nacimiento de Mosaic, que rigen el desarrollo y el proceso de creación de webs, contenidos multimedia y aplicaciones interactivas en la actualidad. Del mismo modo, han sido también muchos y notables los referentes, tanto humanos como empresariales, caídos a lo largo de estas dos últimas décadas desde el nacimiento de Mosaic. Dos de ellos aparecen estrechamente vinculados por mis aportaciones primera y última en esta revista.

La primera de ellas, «Hillman Curtis: del grafismo digital como una de las bellas artes» (2002), abordaba el problemático cuestionamiento de la categoría de autor en el orden digital, fruto tanto de la eliminación de la diferencia entre original y copia, como de la era de relativismo, no solo estético, sino también cultural o ético que vivimos, y la hazaña alcanzada por Hillman Curtis al conseguir el estandarte de autor de referencia en el ámbito del grafismo digital contemporáneo en una época como la nuestra, en la que cada día que pasa resulta más difícil conseguir destacar saltándose los cánones establecidos cuando estos raramente son reconocidos como tales

Figura 1. Hillman Curtis (24 de febrero de 1961-18 de abril de 2012). Fuente: Wikimedia.

La última, «Flash is dead, long live Flash! Apuntes para una epistemología del ‘software’ de autor» (2020), ofrecía un repaso del amplio y rico legado cultural de Macromedia Flash tras sus más de dos décadas de reinado como estándar de facto (plugin incluido en la práctica totalidad de los navegadores web desde finales del siglo XX) del conjunto de aplicaciones con secuencias interactivas de audio y vídeo en la red, y su reciente relevo a lo largo de los últimos años por un renovado conjunto de tecnologías, formatos y nuevos estándares web abiertos como HTML 5, WebGL o WebAssembly, capaces de afianzar una mayor flexibilidad e interoperabilidad, frente a la que Flash caminaba a contracorriente.

El tiempo ha pasado y, tristemente, tanto el uno (Hillman Curtis) como el otro (Macromedia/Adobe Flash) han fallecido y son ya historia en mayúsculas de la multimedia. No cabe pensar la importancia y significación del uno sin el otro. La historia tecnocultural está repleta de casos similares; autores emparejados de forma indisoluble a la irrupción y efervescencia de una nueva tecnología en su momento revolucionaria que de su mano alcanza su madurez y alcanza a cambiarlo todo: George Mélies y el cinematógrafo, Jimi Hendrix y la guitarra eléctrica, o Ivan Sutherland y el Sketchpad, entre tantos otros ejemplos posibles.

En nuestro caso, la confluencia de Hillman Curtis como director artístico de Macromedia (1996-1998), y su uso intensivo de Flash en esta, actuaron de acelerantes determinantes tanto para la introducción de animaciones y movimiento en la web, y la conformación del propio campo disciplinar del diseño web, como para la madurez y significación creciente del conjunto del software de autor.

El conjunto de los trabajos desarrollados por Hillman Curtis en Macromedia con Flash tuvieron un carácter pionero y determinante en la introducción de movimiento en la web, y en la paulatina evolución de esta hacia una web dinámica, capaz de emular en línea lo que hasta entonces solo era posible obtener en los CD-ROM mediante herramientas como Director. Curtis introdujo y estableció las bases de la animación en la web a partir de la exploración y experimentación con éxito de las nuevas posibilidades que abría la nueva herramienta de Macromedia, una herramienta que destacaba por conseguir acortar como nunca los tiempos de carga y visualización de contenidos multimedia en movimiento en la red.

Defensor por antonomasia del movimiento, «el movimiento de los gráficos es más importante y comunica más que los propios gráficos, en función de que le demos más o menos velocidad», su labor con Flash dio lugar asimismo a un conjunto de obras interactivas de absoluta referencia estética para la historia y la evolución de la animación, de los videojuegos y de los motion graphics en el cambio de siglo, tal y como ejemplifica sobremanera su «Macromedia Shockzone», que durante más de dos años (1998-2000) se mantuvo de forma permanente como la animación promocional introductoria de Shockwave en la web principal de la propia Macromedia.

Figura 2. Capturas de pantalla de la introducción a la Macromedia Shockzone (1997).

El gran éxito e implantación de Flash coadyuvó a su vez para la emergencia del «diseño web» como un nuevo subcampo disciplinar en el interior del campo general del diseño. Uno de los elementos y agentes determinantes en su fundamentación fue sin duda la publicación en 1999 del libro Flash Web Design. The Art of Motion Graphics de Hillman Curtis, una monografía que tuvo hasta 26 reediciones entre 1999 y 2001, traducida a numerosas lenguas, referenciada en cerca de medio millar de bibliotecas miembros de WorldCat de todo el mundo, y que alcanzó a ser considerada y utilizada como la obra de referencia para aprender a diseñar en Flash en escuelas y facultades de todo el mundo.

En esta, a través tanto del análisis y deconstrucción del proceso de creación de algunas de sus obras más emblemáticas, como de la aportación de numerosos ejemplos, consejos, pautas y comentarios para la producción y posproducción de aplicaciones interactivas con Flash, Curtis consigue postular el diseño web como una nueva disciplina cultural en la que se redefine la comprensión estática del diseño gráfico, y en la que el movimiento y el dinamismo pasan a ocupar un lugar central como nuevos valores estéticos y artísticos clave tras la irrupción de internet y de los nuevos medios interactivos de naturaleza digital.

Las posibilidades creativas alcanzadas en manos de Hillman Curtis afianzaron a su vez el auge y reconocimiento creciente de Flash como una de las herramientas más destacadas del conjunto del denominado «software de autor», esto es, aquel tipo de programas y aplicaciones informáticas que permiten la creación de obras y proyectos multimedia sin apenas conocimientos de programación

Figura 3. Portada de Flash Web Design. The Art of Motion Graphics, de Hillman Curtis (1999).

Desde sus primeras versiones anuales como Macromedia Flash 1.0 a 5.0 (1996-2000), y su integración posterior en la suite MX (2002-2005), hasta la adquisición de Macromedia por Adobe el año 2005 y su incorporación a la Adobe Creative Suite (2006-2020), tras el uso pionero de Hillman Curtis, Flash llegó a convertirse en uno de los software de autor más populares, con un lenguaje de programación muy simple e intuitivo (ActionScript), capaz de ofrecer durante más de dos décadas emergentes e innovadoras posibilidades de creación web, animación e interactividad a creadores culturales de todo orden y condición.

Hillman Curtis falleció a la edad de 51 años el 18 de abril de 2012 en su casa en Brooklyn, Nueva York. Descanse en movimiento (no concebimos un deseo mejor para alguien como él).


Cita recomendada: ALBERICH PASCUAL, Jordi. Rest in Motion (Hillman Curtis In Memoriam). Mosaic [en línea], diciembre 2021, no. 196. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n196.2133

Acerca del autor

Jordi Alberich Pascual es catedrático de universidad de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad de Granada, y profesor colaborador de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicaciones de la Universitat Oberta de Catalunya. Ha desarrollado su actividad investigadora como experto en estética digital y comunicación en los nuevos medios. Actualmente, coordina el Grupo de investigación COMMUNICAV (http://communicav.ugr.es).

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