Desde el nacimiento de la inteligencia artificial se ha ido cuestionando se han relacionado los avances tecnológicos,detectando la ética como una cualidad humana, como podría implantarse ésta en las máquinas que cuentan con inteligencia artificial. El debate se encuentra en un momento álgido a nivel global, tal y como podemos ver en la serie Black Mirror, la relación de la ética con la incorporación de las nuevas tecnologías es una cuestión que nos preocupa a todos, tanto por el impacto que pueda tener en el empleo como en la libertad y la calidad de vida de la sociedad.
En nuestra visión del futuro fluye el interés por la semejanza entre los robots y los humanos con casos como el de Sophia, la robot que ha llamado la atención del público global por su apariencia y comportamiento antropomórfico. También fluye el interés en el otro sentido donde se intenta incorporar esta tecnología en el cuerpo humano desde el Biohacking haciendo de nuestro cuerpo la plataforma idónea donde incorporar dispositivos internamente.
Dentro de los dispositivos elaborados en el marco del Biohacking, encontramos una tendencia dirigida a nuestro día a día y la salud como los Tech Tats, tatuajes creados con una tinta electroconductora que controla nuestras constantes y están conectadas a nuestro teléfono móvil o implantes que podrían llegar a localizar personas extraviadas o incluso predecir ataques epilépticos.
De esta manera la relación entre robot e inteligencia artificial se presenta en su fusión en la aproximación de nuestro cuerpo como plataforma tecnológica y la aproximación de los robots y la inteligencia artificial a formas antropomórficas.
Lo que puede parecer como una ventaja para ampliar las capacidades humanas y mejorar la calidad de vida también debe ser contemplado desde una perspectiva crítica donde el uso masivo de las nuevas tecnologías puede suponer la pérdida de empleo y la falta de privacidad de las personas humanas, para esto es necesario empezar a pensar las interacciones entre la vida humana con las nuevas tecnologías dentro de un marco educativo y legislativo nuevo que pueda contemplar los nuevos conflictos sociales como el caso de las Fake news y que dote a la población de un conocimiento útil enfrente a las nuevas tecnologías.
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