Asignatura: Gráficos 3D
Consultor y profesor: David Hernández/Irma Vilà i Òdena
Introducción
En toda práctica se plantea una propuesta que propone unos retos y a partir de ahí, cómo estudiantes intentamos resolver el entramado aplicando lo que hemos aprendido y el propio background que tenemos cada uno. Para este caso…
La propuesta: realizar una imagen en 3D dónde se recree una escena en que aparezcan como mínimo una serie de objetos realizados a través de las diferentes técnicas de modelado aprendidas durante la asignatura. Aplicar materiales e iluminación a la escena, además de un material de tipo compuesto en alguno de los objetos.
El reto: aplicar y seguir las condiciones requeridas con originalidad, modelar objetos propios correctamente, así como aplicar las texturas y la iluminación con cierta gracia. Por supuesto, intentar ser creativo en la recreación de la escena.
El resultado: un momento de mi infancia. Un rincón de una habitación donde estaba jugando un niño, la luz todavía encendida y sus juguetes esparcidos.
Etapas y retos
Durante la asignatura aprendimos diferentes técnicas de modelado siguiendo unos tutoriales: crear superficies a partir de líneas y curvas, o arrastrando formas simples, uniendo objetos sencillos prediseñados, deformando los mismos a través de operaciones, etc. Ahora se trataba de aplicar el conocimiento adquirido modelando objetos propios, inventados.
Para iniciar la práctica, me planteé dos metodologías: pensar en una escena e intentar recrearla o centrarme en el modelado de los objetos y después situarlos para componer una escena.
Modelado de objetos
Opté por la segunda opción, quizás porque dejaba una puerta más pausada pero abierta a la imaginación… así que empecé simplemente a jugar con el programa, sin una idea previa a seguir. Probé a modelar un objeto libremente a través de una de las técnicas que permite modelar formas más orgánicas, y escogí un peluche por ser un objeto adecuado al tipo de modelado.
Esto me dio pie a buscar más objetos infantiles para las otras técnicas. El principal reto en esta etapa de modelado consistía en buscar el objeto más adecuado para ser creado con cada una de ellas. Se puede modelar un mismo objeto a partir de diferentes técnicas, pero casi siempre hay una más fácil o adecuada, así que me centré en cada técnica y a partir de ahí intentaba buscar un objeto o juguete infantil que fuese realizable con la misma.
Así obtuve todos los objetos que se solicitaban y alguno más para ayudar a ambientar mejor la escena. Ahora sólo quedaba hacer una composición, situarlos en un contexto, recrearlo y aplicar los materiales para que fuese cogiendo realismo.
Recreación de la escena: aplicar texturas e iluminación
Mi opción fue, a partir de los diferentes juguetes que había hecho, recrear una imagen de un momento, un rincón donde un niño había estado jugando con ellos y al marcharse los había dejado esparcidos.
Al aplicar los materiales me encontré que en ninguno de los objetos creados podía aplicar un material de tipo compuesto, cosa requerida por el enunciado. Así que tuve que pensar en un objeto nuevo creado tan sólo para ese fin. La idea fue un puzzle, donde cada cara necesitaba de un material diferenciado: la imagen, el revés y los laterales.
Finalmente quedaba ambientar la escena con la iluminación. Ambas cosas, las texturas y la iluminación, ayudan y se complementan para dar realismo a la escena. Así, como mi intención era recrear una escena cálida, que transmitiese tranquilidad, ternura… por un lado escogí bastantes materiales de madera y un color azulado para las paredes y, por otro, me interesaba una luz tenue pero intensa.
Así, necesité crear otro objeto, una lámpara, que complementase la iluminación interior y a la vez la escena. Sólo con una iluminación externa que representase el sol y modificando la ambiental, no conseguía el efecto buscado. Una lámpara de pie me ayudaba a iluminar más el interior, y además a enfatizar la escena en los objetos y por tanto centrar la atención en ellos, cosa que ayudaba un poco a dar “dramatismo” a la imagen.
Conclusiones
A veces, intentar ser muy creativo complica el resultado. Con este tipo de prácticas donde se dejan tan abiertas la imaginación y la capacidad de creación, a mí me cuesta centrarme en una idea que pueda ser asumida por mis capacidades y a la vez intente resultar original. Después de esta experiencia, confirmo que empezar por cosas sencillas en las que una pueda demostrar que conoce la técnica y estén bien realizadas, vale más la pena que ponerse una idea previa demasiado atrevida en la cabeza e intentar llegar a ella.
La imagen final no es nada del otro mundo, pero se intenta escapar de una imagen estática, de catálogo, dónde los objetos toman más protagonismo que la escena, el momento o movimiento de la misma. Los objetos son sencillos, aunque algunos de ellos tengan partes un poco más complejas, pero eso me ha permitido poderlos realizar correctamente intentando aplicar todo lo que habíamos aprendido.
Finalmente, aunque suene a tópico, disfrutar mientras lo estas haciendo pienso que también ayuda… ¡aunque a veces se haga difícil entre tanto trabajo y a horas intempestivas!
Cita recomendada: VÁZQUEZ, Carla. Modelando con 3D MAX. Mosaic [en línea], octubre 2012, no. 101. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n101.1235.
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