Asignatura: Imagen y lenguaje visual
Consultor: David Gómez i Fontanills
Profesor: David Gómez i Fontanills
Introducción
Las normas bien claras y el juego lanzado: sin ayuda de ninguna imagen se deberá escribir un texto sobre el origen de una letra en el que ésta tenga un papel visual que refuerce e ilustre el contenido. Sobraría decirlo, pero entre las competencias de la actividad habría el deber de identificar una potencialidad innovadora en términos de forma, técnica, funcionalidad y finalidad, se debería aplicar procesos y metodologías creativas y, sobretodo, se debería tener la capacidad para innovar y generar nuevas ideas. El ingenio, pues, invitado de honor.
Etapas y retos
Aquí llegados, se tendría que empezar una búsqueda de información para llenar el texto con el origen y la evolución de la letra en el alfabeto. Ésta era la primera cadena que ataba la libertad creativa: no se trataba sólo de hacer un elemento gráfico con la letra escogida, hecho que nos llenaría de posibilidades estéticas y espaciales, sino que deberíamos escribir un artículo con contenido, de extensión considerable y con información contrastada de la historia de su existencia y su simbolismo cronológico. Un artículo con cara y ojos, vaya. Búsqueda de información; contraste de fuentes; purga selectiva; unión –por aquello de la fuerza- y mezcla –por aquello del enriquecimiento y del mestizaje?. Cóctel. Tres pasos atrás. Redacción del artículo.
El segundo paso consistiría en una búsqueda de ideas imaginativas para plantear el texto anterior y hacerlo herramienta visual en si mismo. Y aquí aparece la segunda cadena censuradora: ninguna imagen, ninguna línea, ningún dibujito disimulado, ninguna figura geométrica… nada que no sea texto y sólo texto. Nada. Y aquí se nos cierran las puertas de las selecciones parciales del escenario, se nos limitan las herramientas gráficas, se nos reducen, a priori, las riquezas expresivas.
Conclusiones
¿Letras grandes, enormes, desmesuradas? ¿Colores chillones? ¿Recreación de la letra con el texto? ¿Relevancia exacerbada de la repetición de la letra? Nada. Nada.
Más.
Tenemos lápiz, papel y puntos de vista. Miopía para fijarse mejor. Tenemos Illustrator bajo el brazo. Tenemos letras. Tenemos letras. Y si jo l’estiro fort per aquí y tu l’estires fort per allà, tumbar quizás no, que tampoco sería necesario, pero bien que se podrían mover. La b bocabajo, la b patas arriba, la b medio torcida…. ¡el ojo me asusta!
…etimología casera: espejo, espejismo… mirada!
Y fuentes, tantas! Fuentes con leyenda para aportar historia, para reproducir épocas. Imitamos, seamos sensatos, pero imaginamos, cuando lo hacemos interrogantes…. ¿como lo escribirían, “ellos”, ayer? ¿Y antes, incluso ? ¿Y mañana? Fuentes para envolver la palabra, siempre potente, que en sí misma ya puede ser juego, como un guiño a aquella mirada que se fija, quien sabe si al segundo intento, al tercero, quizás.
Y algún color verdoso, como disfraz, para llenar, para representar…
… O alguna pincelada rojiza para dibujar sin hacerlo…
Y, con todo, con sólo eso que parecía poco, el poco se convierte en bastante, y este bastante en balsámico bastidor que bastará para bastir la petición dentro de los límites.
b.
Cita recomendada: VILARDELL, Benjamí. Amb b de Benjamí. Mosaic [en línea], julio 2010, no. 80. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n80.1018.