Universitat Oberta de Catalunya

Sergi Jordà

Creemos que la mayoría de interfaces actuales no permiten abordar la música digital de una forma sencilla y a la vez potente.

Mosaic: Para comenzar, nos gustaría que explicaras en qué consiste el reacTable.

Sergi Jordà: El reacTable es un instrumento musical electrónico dotado de una interfaz tangible basada en una mesa, e inspirado en los sintetizadores modulares de los años sesenta. Es un instrumento esencialmente multiusuario, que permite que un número variable de personas compartan su control, moviendo y acariciando objetos en una mesa luminosa. Las posiciones y orientaciones de estos objetos, así como las relaciones entre ellos, permiten crear complejas y dinámicas topologías sonoras con objetos generadores de sonido, filtros, osciladores de baja frecuencia, moduladores, etc. Además, las redes sonoras resultantes se visualizan permanentemente sobre la superficie de la mesa, describiendo en cada instante la actividad musical. Esto invita a los usuarios a mirar y escuchar a la vez, a tocar y a toquetear, a experimentar, y ayuda a entender el funcionamiento del instrumento. Es complicado de describir porque no se parece a casi nada, pero viendo un vídeo del reacTable en funcionamiento, es realmente muy fácil de entender.

La idea es la de ofrecer la flexibilidad, la riqueza y el potencial de la síntesis digital, de una forma accesible, inmersa y relajada. Su interfaz casi mágico, combina un acceso inmediato e intuitivo con unas posibilidades de aprendizaje y dominio casi infinitas, lo que le hace apropiado tanto para usuarios noveles, incluso niños, por ejemplo en una instalación, así como para músicos avanzados o Djs en concierto.

Mosaic:¿Cuánto tiempo ha llevado su desarrollo y por qué el Grupo de Tecnología Musical de la UPF decidió lanzar este prototipo?

S. J.:Cuatro personas, Günter Geiger, Martin Kaltenbrunner, Marcos Alonso y yo mismo, llevamos aproximadamente tres años trabajando en este proyecto (aunque no de forma exclusiva, desde luego). El por qué, creo que ya lo he expresado anteriormente: creemos que la mayoría de interfaces actuales no permiten abordar la música digital de una forma sencilla y a la vez potente.

Mosaic:¿Qué otros proyectos conoces que sean similares a reacTable y que se estén realizando en España o en otros lugares del mundo?

S. J.:En nuestra web mantenemos una lista de inventos relacionados; es decir de interfaces tangibles para la creación musical. Hay cerca de una cincuentena, aunque que sepamos, ninguna otra española. De todas ellas, una de las más famosas y también una de las primeras (data del 2001, y sin duda nos inspiró) es el Audiopad.

Mosaic: Desde tu perspectiva como músico e informático, ¿desde cuándo se aplica el ordenador a la creación musical y cuál crees que es su aporte a la música en general?

S. J.:El nacimiento de la informática musical suele datarse en 1957. En ese año se producen dos avances clave en la historia del sonido y la música digital: por un lado, Max Mathews produce los primeros sonidos sintetizados por un ordenador; paralelamente Lejaren Hiller programa un ordenador para que éste componga un cuarteto de cuerdas: la Illiac Suite. Desde entonces, la investigación en múltiples líneas no ha cesado, aunque sus frutos tardarán unos años en hacerse populares. Esta popularización y democratización no tuvo lugar hasta principios de los ochenta con la invención del MIDI, y posteriormente, hace cerca de una década, con la llegada de ordenadores más potentes que posibilitaron la síntesis y el procesado de audio digital en tiempo real.

Mosaic: En entrevistas anteriores has explicado que reacTable es una herramienta que pretende superar las limitaciones del ordenador a la hora de interpretar música. Por ejemplo, la improvisación tradicional es más espontánea, dinámica y “suelta” que la improvisación musical por ordenador, que es más “fría” y estática, ya que básicamente el ratón y el teclado sólo permiten hacer una cosa a la vez. ¿De qué forma entonces este instrumento genera una nueva estética musical y una nueva relación entre el intérprete y su instrumento, y entre éste y el público?

S. J.:Ésta es una pregunta muy complicada. Por un lado, “frío” o “estático” son adjetivos que aplicados a los ordenadores, suenan demasiado a tópico. Por otro, el ratón y el teclado (QWERTY) nunca han sido las únicas interfaces que un músico digital podía o tenía que utilizar: desde hace más de dos décadas van surgiendo un montón de controladores MIDI, que permiten aproximaciones diferentes. Además, todavía es pronto para afirmar que el reacTable genera una nueva estética musical, y desde el punto de vista sonoro, esto no puede ser estrictamente cierto, ya que algunos de los algoritmos y paradigmas que utiliza se remontan a los sintetizadores analógicos modulares de los años sesenta, como los que inventaron Bob Moog o Don Buchla.

Lo que creo que sí que es cierto, es que ha habido muy pocos intentos previos destinados a abordar la creación musical con ordenadores en vivo, o la improvisación por ordenador, “desde el hemisferio derecho” (es decir primando la acción al análisis), y a la vez desde una posición rigurosamente ‘digital’.

Me explico: los intentos por crear interfaces intuitivas para la música por ordenador, o bien resultan en interfaces poco intuitivas y demasiado ofimáticas, o se parecen demasiado a los instrumentos convencionales (se diseñan para ser ‘llevados’ y ‘tocados’ todo el rato), y no explotan el verdadero potencial de los ordenadores para la creación musical. Hay muchas grandes diferencias entre los instrumentos tradicionales y los digitales, pero para mí, la más importante radica en que en los instrumentos acústicos (o eléctricos), cualquier detalle, cualquier matiz, cualquier variación o modulación (e.g. un vibrato o un trémolo), es responsabilidad absoluta del músico. En los instrumentos digitales, sin embargo, el instrumentista no necesita ya controlar todos los aspectos de la producción sonora, todo el tiempo, pudiendo dirigir y supervisar en su lugar los procesos digitales que controlan estos detalles. En este contexto, el instrumentista tiende a delegar o a permutar con el ordenador el control parcial del instrumento, por lo que todas las posibilidades de monitoreo de los procesos y de las actividades en marcha, serán bienvenidas.

El feedback visual se convierte así en un elemento importante para que estos nuevos tipos de instrumentos comuniquen o informen sobre el estado de sus procesos, de sus parámetros, etc… Lo contrario sería parecido a pilotar un jet sin indicadores; algo a priori factible pero sin duda poco tranquilizante… El reacTable, para concluir, incorpora toda esta información visual de la forma más directa que hemos podido imaginar, permitiendo incluso tocarla y modificarla directamente. Así pues, no sé si llegará a generar una nueva estética musical, pero sí que ofrece una nueva relación entre el intérprete y su instrumento, y también de paso, entre éste y el público, que mirando la superficie de la mesa, puede llegar a intuir lo que en ella está sucediendo.

Mosaic:En cierta manera, ¿podríamos considerar que el programador multimedia de hoy es el “luthier” de otras épocas? ¿Podemos decir que la capacidad de programar permite buscar nuevas voces?

S. J.:Los instrumentos musicales constituyen probablemente las más complejas y sofisticadas máquinas que el ser humano ha llegado a construir, y el flujo de información que se establece entre un músico y su instrumento constituye una de las más densas formas de comunicación humana conocidas. Equiparar pues al programador multimedia con el luthier puede resultar excesivo en la mayoría de casos. Ahora bien, en algunos, pocos casos, creo que es la analogía más acertada: el programador puede ser, en efecto, el creador de estas sofisticadas y maravillosas máquinas, destinadas a maximizar la creatividad de los que las utilicen.

Mosaic:Nos gustaría que hablaras sobre la experiencia del Grupo de Tecnología Musical de la UPF: ¿Cuándo nació? ¿Quiénes componen el grupo? ¿Cuáles son vuestros principales temas de interés? ¿En qué proyectos habéis trabajado y estáis trabajando actualmente?

S. J.:El Grupo de Tecnología Musical de la Universitat Pompeu Fabra se creó en 1994 y cuenta hoy en día con una cincuentena de investigadores, profesores o doctorandos, siendo uno de los grupos más importantes del mundo en la investigación y la aplicación de las tecnologías digitales al sonido y a la música. Los ámbitos en los que trabajamos son muchos, pasando por la síntesis y el procesado de audio, el estudio de la voz cantada, el análisis y la identificación de música para sistemas automáticos de reconocimiento o de clasificación… o como en el caso de mi equipo, la interacción en tiempo real.

Mosaic:¿Qué mecanismos utilizáis para daros a conocer: ponéis vuestras creaciones en Internet, organizáis conciertos, trabajáis en proyectos de colaboración con otros artistas?

S. J.:Hacemos estas tres cosas, y también otras. Hace unos meses, en noviembre del 2007, pusimos en YouTube unos vídeos demo que acabábamos de hacer y la verdad es que no nos esperábamos el boom mediático que siguió; hoy en día estos vídeos suman más de 400.000 visitas y están entre los 100 vídeos más vistos en la breve pero intensa historia de YouTube. También damos conciertos, mostramos la mesa en instalaciones abiertas al público, y damos conferencias. En los últimos meses hemos estado en varias ocasiones en Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Reino Unido, Portugal, Rumania o los Estados Unidos. También estamos colaborando con algunos músicos internacionales, aunque de momento prefiramos no dar nombres.

Mosaic:¿Tenéis planes para comercializar reacTable en un futuro inmediato?

S. J.:Ya veremos… de momento no hay nada cerrado.


Cita recomendada: BENEITO, Roser; RODRÍGUEZ, René y CÓRCOLES, César. Sergi Jordà. Mosaic [en línea], enero 2007, no. 53. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n53.0704.

Sergi Jordà

Sergi Jordà (Madrid, 1961) es músico, creador digital y doctor en Informática y Comunicación Digital. Inició sus actividades en el campo de la informática musical y la interactividad después de licenciarse en ciencias físicas en 1984. Desde entonces combina con flexibilidad investigación tecnológica, pensamiento teórico y creación artística. Durante los ochenta trabaja en síntesis de voz en el C.S.I.C, explora los ámbitos del análisis, la escucha y la improvisación musicales por ordenador, toca con el grupo de música experimental Clónicos y compone música electrónica para películas, vídeos y espectáculos teatrales y de danza. Durante los noventa, trabaja en proyectos multidisciplinares más amplios, instalaciones y performances, colaborando frecuentemente con otros artistas o colectivos como Konic Thr, La Fura dels Baus o Marcel.lí Antúnez. Junto a este último crea el robot de carne de cerdo JoAn, el Hombre de Carne (1992) y diseña, dirige y realiza la programación informática de los espectáculos Epizoo (1994-95), y Afasia (1998-99). Para la Fura del Baus, crea en 1998 el software musical FMOL, con el que internautas de todo el mundo pudieron participar en la composición musical de dos espectáculos de la Fura: F@ust 3.0 y la ópera DQ. Asimismo lleva a cabo su labor docente en el campo de la programación, la informática musical, el arte y la creación digital y la interacción-hombre-máquina (HCI). Actualmente es profesor lector en la Universidad Pompeu Fabra y en la Escola Superior de Música de Catalunya (ESMUC), y ha sido también codirector del Máster en Artes Digitales del Institut Universitari de l'Audiovisual de la UPF. Como investigador y miembro del Grupo de Tecnología Musical (MTG) de la UPF, codirige varios proyectos europeos de investigación, ha publicado varios libros y decenas de artículos en publicaciones internacionales, participa en congresos y festivales de arte digital, informática musical o interactividad, y realiza seminarios, conferencias y conciertos en Europa, Asia y América.