Mosaic: El movimiento del Software Libre y la licencia GNU-GPL introdujo una revolución en el mundo de la propiedad intelectual. ¿Puede explicar qué es el “software libre” y por qué es tan importante para las futuras generaciones?
Georg C.F. Greve: La definición de “software libre” se basa en cuatro libertades esenciales: la libertad de uso ilimitado (para cualquier finalidad), la libertad de estudiar como funciona, la libertad de modificar el software (para adaptarlo a tus necesidades y/o para mejorarlo), y la libertad de redistribuirlo ya sea en su forma original o modificada. Estas libertades no discriminan entre uso comercial o no comercial. Por tanto, es importante no confundir “Software Libre” con “software gratuito”[1]. El software comercial es una parte normal del “Software Libre”.
Estas cuatro libertades son fundamentales porque el acceso al software determina quien participa en la sociedad del conocimiento. Al aumentar la dependencia del software para cualquier tipo de comunicación, educación o trabajo, debemos entender que el software es una técnica cultural, algo así como la agricultura, la lectura, la escritura o las matemáticas. El acceso a estas técnicas culturales define la sociedad en la que se basan; para que nuestra sociedad sea libre, es necesario que nuestro software sea libre.
Mosaic: Algunos actores en el campo de la propiedad intelectual hablan de la necesidad de reescribir la licencia GNU-GPL. ¿Qué es la licencia GNU-GPL? ¿Es necesario reescribirla? ¿Cuál es su opinión a cerca de otras iniciativas de licencia, a medio camino entre el copyright y el copyleft, tales como la de Creative Commons?
G.C.F.G: La GNU General Public License (GPL) es una de las muchas licencias de “Software Libre”: actualmente, más del 50% del software libre se crea y distribuye bajo ella.
A diferencia de otras licencias de “Software Libre”, la GPL no sólo autoriza a las libertades básicas del “Software Libre”, sino que además asegura su pervivencia: la licencia obliga a los usuarios de software distribuido bajo la GPL a no excluir tales libertades cuando lo redistribuyan ellos mismos. La GNU GPL fue la primera licencia que utilizó este concepto, normalmente conocido como copyleft – un juego de palabras con copyright -.
No hay necesidad alguna de reescribir la GNU GPL. Ha estado cumpliendo con su misión desde 1992 y todavía es sólida. En el 2006, la FSF tiene previsto realizar algunas modificaciones de simple “mantenimiento”, pero nada parecido a una reescritura. En lo sustancial seguirá siendo la misma, pero incluso esta simple actualización será de por si emocionante, por cuanto pocas licencias de propiedad intelectual en el mundo tienen una importancia económica semejante a la que conlleva la GNU GPL.
En mi opinión, iniciativas como la de Creative Commons tienen un papel importante a jugar en el debate constructivo del sistema de la propiedad intelectual: casi todo el mundo entiende que hemos entrado en una “sociedad del conocimiento” que ha sido posible gracias a las tecnologías digitales, y en concreto, a Internet. Sabemos cual es el mínimo de libertad necesario para el software, sin embargo, las respuestas no son tan claras en otras áreas: ¿cómo dibujamos estas reglas?, ¿qué cantidad de monopolio, en forma de propiedad intelectual, necesitamos para cada tipo de obras?, ¿cuánta libertad es necesaria en cada área?
Creative Commons permite este tipo de diálogo, y experimentar con la libertad para encontrar estas respuestas. Por este motivo, entiendo que sus licencias tienen un papel importante a jugar.
Mosaic: En su opinión, deberíamos o podríamos aplicar los mismos principios de la GPL a las demás obras que no sean programas de ordenador?, ¿cuál es el papel que deberían jugar los usuarios en la distribución y modificación de las obras accesibles online?
G.C.F.G: En teoría, es posible que la GNU GPL sea la mejor solución en todas las áreas. Sin embargo, a excepción de la documentación técnica del software, yo lo dudo. Normalmente no confío en soluciones de talla única (one size fits all) y respuestas simples: lo que necesitamos es un diálogo más diferenciado, en lugar de más simple, sobre las cuestiones de propiedad intelectual.
Por otra parte, la visión tradicional de “creadores” y “usuarios” nunca ha descrito la realidad de forma adecuada. Era una visión simplista de la situación tradicional que además denotaba una falta de comprensión de los aspectos cultural, social y artístico de la creatividad humana.
Las tecnologías digitales, la distribución online y la modificación han ayudado a difuminar la frontera artificial entre “usuarios” y “creadores”. Todos participamos, en diferente medida y nivel, en la difusión y contribución de la reserva global de conocimiento y arte humano.
Mosaic: Hablemos ahora de patentes. La FSFE lideró y ganó una importante batalla para evitar la patentabilidad del software a nivel Europeo. ¿Qué significa y por qué es tan importante esta victoria para el futuro de nuestra sociedad?
G.C.F.G: Primero, debo aclarar que aunque yo personalmente he estado trabajando en contra de la patentabilidad del software desde Octubre de 1999 y la FSFE desde su fundación en el 2001, no hemos “liderado” la resistencia a las patentes de software. Nuestra organización asociada, la Foundation for a Free Informational Infrastructure (FFII) fue quien se encargó de tomar una posición pública más visible en esta batalla. Fue esta una opción táctica deliberada: la FSFE y la FFII discutieron la situación ya en los inicios del 2001 y acordaron que la FFII debería tomar el “liderazgo público” en la batalla contra la patentabilidad del software, para evitar así que fuera confundida como una cuestión de software propietario contra “Software Libre”. Era fundamental que la gente comprendiera que las patentes de software afectan de forma negativa a todos por igual: autores vendedores y usuarios de software.
Por este motivo, la FSFE rebajó de forma deliberada su posición pública y trabajó “detrás del escenario”, en audiencias privadas con instancias gubernamentales, buscando nuevos aliados e intentando aumentar el número de personas involucradas en el proyecto. Sólo cuando fue necesario que el “Software Libre” tuviera una voz más prominente en el debate, hace poco más de un año, cambiamos nuestra táctica. Por otra parte, hablar de un líder de esta batalla sería pasar por alto el hecho de que gran parte de la fuerza vino de forma descentralizada: de muchas fracciones, de orígenes y áreas diversas, que aunaron sus esfuerzos en esta batalla.
La victoria es importante porque los ciudadanos europeos han reclamado su autoridad sobre la Europa política de una manera que no puede ser ignorada. El proceso demuestra tanto la existencia de un claro interés político en Europa por parte de sus ciudadanos, como la falta de democracia a nivel de la Unión Europea.
Para el futuro inmediato, significa que hemos acabado con un grave peligro para la economía europea, y que muchos ciudadanos europeos podrán mantener sus trabajos. A medio y largo plazo, podemos esperar una mayor democracia a nivel de la Unión Europea – una necesidad imperante si es que la integración europea debe continuar. En cualquier caso, hemos aprendido mucho de este proceso y estamos listos para aplicar el conocimiento adquirido a nuevas cuestiones que aparezcan en el futuro.
Mosaic: En el marco de la conferencia “Copyfight” que tuvo lugar en Barcelona el pasado Julio, el Prof. Lawrence Lessig alabó el trabajo y la estrategia de la FSFE en contra de la patentabilidad del software y la propuso como ejemplo a seguir en las demás batallas contra la expansión excesiva del monopolio de la propiedad intelectual. En su opinión, ¿cuál debería ser el papel de los movimientos sociales en el diseño del sistema de propiedad intelectual?
G.C.F.G: Un papel muy activo. Creo sinceramente que la participación de la “sociedad civil” será más y más importante en la adopción de leyes, a cualquier nivel. Las nuevas formas de gobierno están evolucionando hacia una aproximación de multi-intereses, en la que los gobiernos, la industria y la sociedad civil tienen sus respectivos papeles a jugar, normalmente con una visión e intereses bien distintos.
La democracia siempre ha necesitado de una participación active de la gente, para poder funcionar correctamente. Las elecciones son sólo una pequeña parte; Necesitamos participar en todo momento, para no descuidar nuestra responsabilidad como ciudadanos democráticos.
El sistema de propiedad intelectual empezó como una regulación puramente industrial, y así ha sido tratada durante la mayor parte de su historia. Pero el mundo ha cambiado: la propiedad intelectual nos afecta ahora a todos, por lo tanto, es natural que todos y cada uno de nosotros participemos en su diseño.
Notas el pie:
- [1] Nota del traductor: Esta distinción pierde importancia en español, al poder distinguir entre “libre” y “gratis”. En cambio, es fundamental en el idioma inglés, donde “free software” puede significar ambas cosas. También por este motivo, se entiende el slogan principal de la FSF y FSFE: “Free as in Freedom“.
Entrevista a Raquel Xalabarder
Cita recomendada: ALBALADEJO, Carlos y PORTA, Laura. Georg C.F. Greve. Mosaic [en línea], octubre 2005, no. 41. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n41.0528.