Son muchas las voces que han señalado ya como lo digital implica un cuestionamiento radical de la categoría de autor. En el orden digital no existe, por citar un ejemplo radical de su distanciamiento respecto a las condiciones que regían la producción material, diferencia entre original y copia. De ahí la extrema facilidad de reutilización o plagio de la producción de un autor en Internet.
Asimismo, la figura del autor, considerado como un genio, es decir, como aquel que no sigue los cánones existentes sino que impone nuevos, hace tiempo ya que aparece en crisis. Resulta difícil conseguir destacar saltándose los cánones establecidos cuando éstos, al menos en los ámbitos gráfico y visual, a duras penas son reconocidos como tales. La nuestra es una época de relativismo: no sólo estético, sino también cultural o ético.
Pese a ello, determinadas figuras consiguen aún mantener el estandarte de autor de referencia en el ámbito del grafismo digital contemporáneo. Una de ellas es sin lugar a dudas la de Hillman Curtis, pionero y representante destacado de la introducción, crecimiento y extrema riqueza de los gráficos en movimiento de la Web, y más en particular, de todos aquellos producidos con Macromedia Flash. Conocer su obra posee ya la pátina habitual del acceso y contemplación de un auténtico clásico.
Existen dos vías de acceso cómodo al conjunto de su particular producción y enfoque de la creatividad gráfica digital. En primer lugar, su propia página web, www.hillmancurtis.com, estructurada como un completo catálogo/exposición de sus obras más premiadas. En especial, conviene destacar la obra Macromedia Shockzone, que durante dos años (una auténtica eternidad en Internet!), 1998-2000, se mantuvo como la animación promocional introductoria de Shockwave en la web principal de Macromedia.
Una segunda vía de acceso la encontramos en la publicación del libro Diseño Web con Flash, Hillman Curtis, Anaya Multimedia, 2000, en el que aparecen tratadas en detalle algunas de sus producciones más recientes, con numerosos ejemplos de borradores iniciales, pautas de realización, comentarios del método de trabajo, así como consejos y “trucos” de “cocina” y post-producción final.
En ambos casos, en versión web o papel, Hillman Curtis consigue postular el grafismo digital como una de las bellas artes; siempre y cuando ello suponga redefinir la tradicional comprensión estática y serena de éstas, y aceptar el lugar central que deben ocupar hoy el movimiento o el dinamismo como nuevos valores estéticos y artísticos claves.
Cita recomendada: ALBERICH, Jordi. Hillman Curtis: del grafismo digital como una de las bellas artes. Mosaic [en línea], febrero 2002, no. 3. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n3.0208.