Universitat Oberta de Catalunya

Accesibilidad en la web

Una mañana soleada. Una ingeniera técnica de obras públicas revisa una obra. Una duda le lleva a revisar una documentación que, afortunadamente, se encuentra disponible en Internet. Coge su portátil, lo apoya en el coche y, con su tarjeta 3G, se conecta a Internet. El sitio que quiere consultar usa una bonita combinación de colores azules con poco contraste entre texto y fondo y el exceso de luz no le permite ver bien la web. Ni tan siquiera dentro del coche y poniendo el contraste de la pantalla al máximo consigue leer los menús, con lo que finalmente desiste.

Mientras tanto, un joven viaja en un autobús camino de su trabajo. Le han regalado un fantástico teléfono con agenda electrónica y conexión a Internet y para aprovechar el tiempo intenta acceder a la web para leer su blog preferido: pero no es accesible y no se ve bien con el teléfono, por lo que tendrá que aplazar su lectura.

Al mismo tiempo, un invidente quiere regalar un viaje a su compañera. Como tiene que ser una sorpresa, decide consultar en Internet posibles ofertas de una famosa agencia. La web no es accesible y después de varios intentos decide cambiar de agencia. Un nuevo intento en una agencia menos famosa, pero con una web accesible, le permite reservar y pagar el viaje.

Estos casos ilustran aspectos en que la accesibilidad es un elemento clave para las personas, sin importar que sean consideradas discapacitadas. Todos podemos necesitar acceder a la web en unas condiciones diferentes a las que el diseñador de la web cree habituales. O, dicho de otra manera, todos podemos ser, en un momento dado, discapacitados en la web. En este artículo se quiere presentar una visión general de la accesibilidad en la web y proporcionar a los diseñadores y desarrolladores un punto de partida para incorporar la accesibilidad en la construcción de sitios web para que puedan ser accedidos y usados por todas las personas.

La accesibilidad nos afecta a todos

Las tecnologías de la información y la comunicación proporcionan actualmente nuevas oportunidades de inclusión. Personas con diferentes perfiles y capacidades pueden ahora, gracias a Internet, acceder a contenidos y servicios que antes quedaban fuera de su alcance.

La accesibilidad en la web afecta directamente a todas las personas que por algún tipo de discapacidad, física, psíquica o ambiental, tienen dificultades para navegar e interactuar en un sitio web. Afecta, por ejemplo, a aquellas que tienen una discapacidad visual, dada la gran importancia de la imagen en la sociedad de la información.

Actualmente existen en Europa 37 millones de personas con discapacidad, de los cuales 3,5 millones viven en España. Sin embargo, como hemos visto, todos podemos tener discapacidades en algún momento: sólo hace falta que se vaya la luz, que estemos muy cansados y nos duela la vista, que tengamos las manos ocupadas, etc.

Tener en cuenta la accesibilidad a la hora de desarrollar páginas web no es difícil, pero requiere un cambio en la actual forma de trabajar de muchas empresas e instituciones. Por otro lado, tener la accesibilidad en mente desde el inicio es clave, dado que hacer accesible una página web previamente construida es una tarea que puede ser más compleja que crear la página de nuevo. Por eso resulta tentador preguntarse si sale a cuenta hacer una página web accesible. Analicemos el contexto actual. Se considera que el porcentaje de la población con alguna discapacidad se acerca al 10%. Si consideramos además la creciente longevidad de las personas, no siempre manteniendo las mismas habilidades, nos encontramos con que cada vez más personas con problemas de visión y de movilidad son usuarios habituales de los servicios web. Además, todas las personas pueden estar discapacitadas de manera temporal, por un accidente o una enfermedad, y también en estos casos el uso de Internet puede ser una necesidad que no debe verse frustrada por una mala política de accesibilidad de la web.

El entorno en el que se acceda a Internet también puede limitar la capacidad del usuario para navegar en una web. De nuevo, seguir las pautas de accesibilidad facilita el acceso deseado en entornos que podríamos llamar “hostiles”.

Otro motivo para hacer las páginas web accesibles es el hecho de que no sólo se hacen accesibles para las personas, sino también para las máquinas. Así, una página accesible facilita la tarea de los robots de los buscadores, pues que les resulta mucho más fácil acceder e indexar la información existente, con lo cual su contenido será más fácilmente encontrable, haciendo el sitio más visible en Internet.

Numerosos organismos cuentan entre sus objetivos promover la accesibilidad. De entre ellos, es interesante destacar el World Wide Web Consortium (W3C), una organización internacional que orienta y estructura el desarrollo global de la World Wide Web mediante el desarrollo de protocolos comunes que promuevan su evolución e interoperatividad. Está fuertemente comprometido con la eliminación de barreras de accesibilidad y a principios de 1998 creó la Web Accessibility Initiative (WAI) con el objetivo de crear estrategias, guías y recursos para hacer la web accesible a todas las personas. Esta iniciativa ofrece recursos para conocer la accesibilidad, entre los que hay que destacar un conjunto de guías o pautas, consideradas estándares para la accesibilidad web.

¿Qué es la accesibilidad?

En 1989 Tim Berners-Lee inventaba la World Wide Web, un sistema de hipertexto a través de Internet que permitía enlazar un documento con sus referencias, de manera que se podían consultar éstas mientras se leía el documento. Este gran invento para la comunidad científica se convirtió pronto en una herramienta de consulta para todo el mundo. En noviembre de 1991 existía una sola página web, en junio del 93 ya existían 130 sitios web y en enero del 96 cien mil. En febrero del 2000 había ya once millones de sitios web y a finales de enero del 2006, 76 millones.

El crecimiento de la web ha sido durante un tiempo casi descontrolado. Los estándares, la usabilidad y la accesibilidad quedaban a un lado ante el interés de las empresas y los usuarios por estar en Internet, en la mayoría de los casos, sin importar cómo. A pesar del trabajo de diferentes organizaciones que desde hace varios años insisten en la importancia de la accesibilidad en la web (el W3C tiene una recomendación del 5 de mayo de 1999 titulada “Pautas de Accesibilidad al Contenido en la Web 1.0) no ha sido hasta este último año cuando parece que se ha despertado el interés de las instituciones y algunas empresas por el acceso universal a Internet.

Afortunadamente, el objetivo “estar en Internet sin importar cómo”, está empezando a cambiar. Empresas y administraciones comienzan a darse cuenta la importancia del cómo y de la necesidad de que la web llegue a todo aquel que quiera usarla. Ha llegado el momento de cumplir los estándares y comprobar si los sitios web son usables y accesibles.

Sin embargo, tras más de 10 años haciendo webs, generalmente teniendo poco presente la usabilidad y la accesibilidad, y con un estándar de facto marcado por el navegador dominante del momento, conseguir que todo el mundo sea consciente de esa necesidad no es fácil, sobre todo cuando requiere un cambio de mentalidad (no muy grande, pero un cambio al fin y al cabo) por parte de desarrolladores, diseñadores y responsables de proyecto.

Actualmente, con la entrada en vigor de la LSSI todas las webs de las administraciones públicas españolas están obligadas a adoptar “las medidas necesarias para que la información disponible en sus respectivas páginas de Internet pueda ser accesible a personas con discapacidad y de edad avanzada”. Esta obligación está poniendo de relieve las graves deficiencias de accesibilidad de las webs de organismos e instituciones públicas y, de paso, también en las webs de organismos y empresas privadas. Por otro lado, ha contribuido a provocar un interés creciente por los distintos aspectos relacionados con la accesibilidad en la web.

Sin embargo esta obligación puede generar también inconvenientes. La accesibilidad a medias, sin cumplir las pautas esenciales o cumpliéndolas sólo parcialmente, no lleva a ningún lado y la obligatoriedad, sin una verdadera concienciación puede llevar a los desarrolladores web a buscar el camino fácil, dejando las cosas a medias, escondiendo las páginas no accesibles o aplicando los estándares normativamente, sin tener en cuenta a las personas que las utilizaran. Como en todos los ámbitos, es necesario hacer las cosas bien si se quiere cumplir el objetivo real: Tener una web para todas las personas. Ello requiere no sólo pautas sino también un cambio de cultura.

Hasta aquí hemos hablado de accesibilidad y tenemos una idea más o menos clara de qué es, pero seria interesante presentar una definición para avanzar. El concepto es muy amplio y puede abordarse desde distintos puntos de vista, por lo que diversos autores y expertos ofrecen diferentes definiciones. Puesto que resulta difícil seleccionar una única definición, presentamos algunas que consideramos interesantes. Así, John Slating, en el congreso Fundamentos web 2005, presentaba la accesibilidad como una cualidad de la experiencia del usuario: el contenido es accesible cuando la gente con inhabilidades puede utilizarlo con tanta eficacia como la gente sin inhabilidades. Según Tim Berners-Lee la accesibilidad Es el arte de garantizar que, tan amplia y extensamente como sea posible, los medios (como por ejemplo el acceso a la Web) estén disponibles para las personas, tengan o no deficiencias de un tipo u otro. La definición de Hassan y Martín tiene en cuenta que la discapacidad de una persona puede estar relacionada con el entorno: podemos definir la accesibilidad Web como la posibilidad de que un producto o servicio web pueda ser accedido y usado por el mayor número posible de personas, indiferentemente de las limitaciones propias del individuo o de las derivadas del contexto de uso.

Cómo diseñar y construir un sitio web accesible.

Hay muchos aspectos a tener en cuenta a la hora de hacer una página web accesible y aunque hay herramientas web que nos facilitarán la tarea ayudándonos a encontrar errores, al final tendrá que ser el desarrollador el que deba comprobar que, efectivamente la web es accesible. Por ello, la accesibilidad en la web no consiste únicamente en generar páginas que puedan ser interpretadas por un lector de pantalla. Ni tampoco tiene por qué ser accesible una página web que dé un buen resultado en un validador automático.

Hay un conjunto de recomendaciones y estándares que facilitan la tarea de hacer una web accesible. A pesar de que su seguimiento no garantiza una total accesibilidad, sí nos acerca a ella. A continuación listamos algunas normas básicas:

  1. Es importante seguir los estándares del W3C. Actualmente los dos lenguajes estándares para la creación de webs son HTML 4.01 y XHTML 1.0. Cumplir cualquiera de los dos estándares facilita la accesibilidad. El W3C proporciona una herramienta para validar páginas web que puede ser muy útil.
  2. Todas las imágenes deben tener un texto alternativo (se puede definir con el atributo alt de la etiqueta img) que usarán los navegadores que no muestren imágenes (lectores de pantalla, ordenadores con una conexión lenta, navegadores de texto). Por ese motivo, no sirve poner el nombre del archivo gráfico (práctica desgraciadamente habitual) sino que hay que poner una descripción clara del contenido de la imagen (no se etiquetarán las imágenes puramente ornamentales).
  3. En los enlaces debe usarse un texto descriptivo del lugar al que apuntan. Este texto debe ser comprensible fuera de contexto y, por tanto, no sirve el tan usado “pulsa aquí” ni variaciones similares.
  4. Para organizar la información en la página deben usarse los tags o etiquetas que proporcionan tanto HTML como XHTML. Así, h1, h2,…, h6 son imprescindibles para indicar los títulos, la negrita se usará sólo cuando se quiera destacar un texto importante, etc.
  5. Debe evitarse el uso de tablas para maquetar, a menos que sean imprescindibles. Si se usan tablas debe asegurarse que el contenido pueda leerse de manera lineal, procurando no poner excesivo contenido en las diferentes celdas.
  6. Siempre que sea posible deben usarse hojas de estilo (CSS) para separar el contenido de la presentación y estas deben ser sintácticamente correctas.
  7. En caso de añadir contenido multimedia (sonido relevante, animaciones y/o vídeo) deberán proporcionarse subtítulos (para el sonido) o descripción de las animaciones y vídeos.
  8. En caso de usar marcos, deberá usarse un tag que incorpore los enlaces necesarios para la navegación, ciñéndose a lo comentado en el punto 3.
  9. Si se usan scripts, applets o plugins no accesibles, deberá ofrecerse contenido alternativo.
  10. En caso de usar figuras o diagramas, deben describirse adecuadamente. Para ello puede usarse el atributo longdesc.
  11. Si se utilizan mapas de imagen es conveniente proporcionar vínculos redundantes en formato texto para cada zona activa del mapa.
  12. Hay que tener presente que no todas las combinaciones de colores texto-fondo son igual de legibles. Deben usarse colores que permitan una lectura cómoda.
  13. La combinación del tamaño y el tipo de letra ha de facilitar la lectura.

Estos doce puntos son sólo un resumen de las normas de accesibilidad definidas por el W3C, disponibles en inglés y en español.

Teniendo clara la importancia de conocer las normas e intentar aplicarlas, siempre podemos usar las herramientas disponibles en Internet para pulir nuestra web y buscar posibles errores u omisiones de manera automática. El W3C ofrece una relación bastante completa de herramientas de validación disponibles en Internet. A continuación, vamos a repasar algunas de estas herramientas, para ver que información nos proporciona y que utilidad podemos darle.

Empezamos por una herramienta que solo nos ayuda indirectamente: el validador del W3C, que permite comprobar si el código de la página sigue los estándares HTML o XHTML. De esta manera se da un paso en la accesibilidad, paso que si bien debe ser completado con el resto de normas, es muy importante y es el primero de cualquier estudio de accesibilidad.

En cuanto a las herramientas propiamente de accesibilidad y en español, una de las que más información proporciona es HERA, desarrollada por la Fundación Sidar.

HERA muestra los errores encontrados según la prioridad de las pautas de accesibilidad, y además permite también ver los errores integrados en el código de la página, facilitando su corrección a la vez que sugiere puntos a revisar manualmente. Es importante insistir en que las herramientas no son infalibles y por tanto, el resultado del análisis puede validar una página que en realidad no es accesible, o indicar errores en páginas que siguen los estándares correctamente.

Otra herramienta también en español, muy útil para comprobar la accesibilidad de una página, es TAW (Test de Accesibilidad Web). En este caso la presentación de los resultados es muy visual, numerando los errores según el nivel de prioridad y marcando con interrogantes los puntos a revisar a mano.

El Colour Contrast Analyser de Juicy Studio es otra herramienta muy útil para desarrolladores. Da información sobre la diferencia que debe haber entre los colores del texto y del fondo de la página para que sean legibles.

Existen además otro tipo de herramientas, como la extensión Web Developer para Firefox y Mozilla, que permite desactivar con facilidad la presentación de imágenes, el CSS y el javascript, permitiendo ver la página tal y como se vería en dispositivos sin esas características. También permite cambiar el tamaño del navegador para simular diferentes tamaños de pantalla y facilita la validación del código con herramientas externas. Por otra parte, Checky es una extensión para Firefox, Mozilla y Netscape para simular deficiencias visuales, o ver la página como la mostraría un navegador de texto. CheckIE es la versión para Internet Explorer de esta extensión, aunque, para este navegador, la barra de accesibilidad AIS es una buena alternativa, pues es capaz de simular diferentes casos de visión reducida, a la vez que proporciona abundante información sobre la página.

Las herramientas de validación automática son herramientas útiles pero no bastan por sí mismas: la validación automática es sólo el primer paso de la evaluación de la accesibilidad puesto que la comprobación que realizan es limitada. Para ver si una web es realmente accesible hay que ponerla a prueba y testearla con diferentes navegadores, diferentes dispositivos y, sobre todo, con usuarios discapacitados.

Usabilidad y accesibilidad

Para evaluar la accesibilidad es cada vez más frecuente valerse de técnicas y métodos usados habitualmente en el campo de la usabilidad y el diseño centrado en el usuario. Por ello cada vez más se habla de la convergencia entre usabilidad y accesibilidad. La usabilidad beneficia a la accesibilidad, pues la aplicación de las técnicas de evaluación que le son propias hace, por ejemplo, que se tengan en consideración los aspectos más relacionados con la intervención humana, como la adecuación de los textos alternativos en las imágenes, que un validador automático no puede evaluar. Pero sobre todo, nos recuerda la necesidad de probar la web con usuarios con algún tipo de de discapacidad y así descubrir no sólo si los usuarios pueden acceder a la web y navegar por ella, sino si pueden alcanzar sus objetivos, esto es, si pueden consultar un catálogo, comprar un producto o servicio, o acceder a unos contenidos específicos. Por otro lado, la accesibilidad beneficia a la usabilidad: una web accesible es una web un poco más usable aun por el solo hecho de seguir unos estándares y estar mejor indexada por los buscadores.

La web no sólo debe ser accesible: debe ser usable. Por ello, es curioso que aunque tradicionalmente usabilidad y accesibilidad han caminado en paralelo, lo han hecho a una cierta distancia. Actualmente parece que se reduce esa distancia, o que al menos se establecen puentes y conexiones entre ambos ámbitos. Sin embargo, que una web sea accesible es distinto a que una web sea usable, es decir, que la persona que acceda a ella la entienda y pueda usarla fácilmente para llevar a cabo sus objetivos. Las personas con requerimientos especiales, las que necesitan que el sitio web sea accesible para poder navegar por él, son las que generalmente encuentran más problemas de usabilidad. De este modo, si para evaluar y mejorar la usabilidad se recomienda testear la web con sus futuros usuarios, para comprobar que es accesible, debemos testearla con usuarios con algún tipo de discapacidad. A propósito de la relación entre usabilidad y accesibilidad y cómo se complementan y ayudan, es interesante destacar un artículo de Henrik Olsen publicado en GUUUI con el título “Accessibility humanized. A user-centred approach to web accessibility” que habla del problema que puede aparecer al aplicar las pautas de accesibilidad sin tener en cuenta a los usuarios que utilizaran la web.

Tener en cuenta las pautas y los estándares para construir una web accesible no proporciona necesariamente una experiencia de uso satisfactoria, puesto que en el diseño de la web hay que tener en cuenta a los usuarios, discapacitados o no. Shawn Lawton ofrece un interesante trabajo, titulado “Accessibility in the User-Centered Design Process” dirigido a los profesionales de la usabilidad para mostrar cómo tener en cuenta la accesibilidad en las diferentes etapas del diseño centrado en el usuario.

Conclusiones

Construir webs teniendo en cuenta su accesibilidad beneficia a todas las personas pues la hace independiente de sus capacidades, su modo de acceso o del entorno en que se encuentren. De esta manera se consigue que cualquier persona pueda tener una experiencia de uso positiva, tanto en la facilidad como en las posibilidades de uso.

Hacer la página accesible implica no sólo construir la web siguiendo las pautas y estándares de accesibilidad, sino también diseñarla teniendo en cuenta aquellos aspectos del diseño centrado en el usuario que nos proporcionan conocimiento sobre nuestros usuarios, sus objetivos, preferencias y necesidades.

Muchas son las motivaciones que podemos encontrar para seguir las recomendaciones de accesibilidad al crear o modificar una página web. El sólo hecho de conseguir poder tener una web para todos es motivación suficiente. Además hay muchos recursos y herramientas que dan soporte al diseñador y al desarrollador que desean hacer una web accesible. Si desde un principio se tiene en cuenta la accesibilidad y se siguen las recomendaciones y estándares, el diseño y construcción de una web accesible no supone un gran esfuerzo y son muchas las personas que se ven beneficiadas.


Cita recomendada: SABATÉ, Llorenç; MOR PERA, Enric y CASADO MARTÍNEZ, Carlos. Accesibilidad en la web. Mosaic [en línea], marzo 2006, no. 45. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/m.n45.0604.